Mientras Boca atraviesa la peor racha deportiva de su historia, con once partidos sin victorias, Juan Román Riquelme recogió el guante. En paralelo a las versiones sobre posibles cambios en el Consejo de Fútbol y la drástica decisiónde apartar jugadores del plantel profesional, el presidente xeneize puso en marcha una de sus obsesiones más grandes: la ampliación de La Bombonera.
El sueño ya estaría en marcha, e incluso cerca de su fase final. En las próximas semanas el estadio sufrirá reformas menores con el objetivo de sentar las bases para darle lugar a un proyecto mucho más ambicioso: modernizar La Bombonera y ampliar el aforo sin necesidad de comprar las propiedades frentistas o aledañas. Una jugada simbólica de alto impacto.
En ese sentido, lo primero que ocurriría en el Alberto J. Armando será una etapa de modificaciones: entre septiembre y octubre se construirán ascensores sobre la calle Irala, se reformarán los dos ya existentes en la Puerta 18 (que pasarán a ser cuatro) y se ensanchará el pasillo de ingreso de la platea baja, donde también se abrirá un nuevo patio de comidas y se instalarán nuevos baños.
En paralelo, el club techará el playón de estacionamiento y se sumarán 200 reflectores. Todo esto mientras avanza otro proyecto: el acuerdo con Hard Rock para inaugurar un restaurante dentro del estadio a comienzos de 2026.
El acuerdo entre Boca y Hard Rock Café, vital en el proyecto de ampliación (Prensa Boca)
Los detalles que darían lugar a una Bombonera de hasta 83 mil espectadores
El plato fuerte llegaría después, con un anuncio que podría demorarse hasta los primeros meses de 2026. Según informó el periodista Federico Cristofanelli, el club estima que la obra costará menos de 100 millones de dólares, y consideran que con tres años de preventa de palcos alcanzará para cubrir el monto total, sin recurrir a un naming. Aun así, Riquelme no descartaría que eventualmente el estadio pueda llevar el nombre de alguna marca, aspecto para el cual ya se habrían postulado varios pretendientes.
Entonces, ¿cómo sería la construcción? Lo cierto es que no se recurrirá al Proyecto Esloveno o Bombonera 360. Sería un plan diferente, el cual contemplaría demoler por completo las plateas y palcos sobre la calle Iberlucea, correr unos metros el campo de juego hacia las vías del ferrocarril y levantar una nueva estructura que permita sumar entre 15.000 y 27.000 nuevos espectadores. Así, la capacidad total de La Bombonera pasaría de 56.000 a entre 71.000 y 83.000 personas. El número final dependerá de las exigencias FIFA en cuanto al mínimo de asientos.
La Bombonera estaría ingresando en la recta final de reformas que permitan su ampliación.
Además, pasarían a haber un total de 240 palcos (actualmente son 84), con nuevos espacios interiores y balcones exteriores, que se construirán sobre el aire de la calle Iberlucea. Por su parte, las plateas preferenciales llegarían hasta el borde del césped. Esto se debe a que los bancos de suplentes se trasladarán hacia en frente y se unificará el túnel de salida para ambos equipos.
También habrá cambios en las tribunas populares: se eliminarán los espacios libres en los córners y en la tribuna Sur se anulará el túnel visitante, lo que permitirá acercar la popular baja al campo y ganar 10.000 lugares más. La joya estética sería una pantalla LED 360° que rodeará el estadio por dentro, que se sumaría a chance concreta de colocar un techo completo para la tercera bandeja.
Durante la obra mayor, el equipo deberá mudarse temporalmente de localía por algunos meses. En ese sentido, el estadio que picaría en punta es el Único de La Plata, aunque también se encuentran en carpeta el Nuevo Gasómetro y el Amalfitani. Riquelme busca dar un golpe de efecto en todo sentido: para calmar la tormenta deportiva y dejar una marca imborrable en “el patio de su casa”.
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