Fuerte confesión de Luis Advíncula: "Hablar con Riquelme es muy complicado"

Desde que llegó a la dirigencia de Boca, se habló mucho de cómo se maneja Juan Román Riquelme puertas adentro. En líneas generales, los jugadores nunca fueron críticos para con él. Sin embargo, Luis Advíncula se animó a contar por qué “hablar con él es muy complicado”.

“Me llevo bien. Creo que es una relación de respeto mutuo”, arrancó diciendo el peruano en diálogo con Jesús Alzamora en La Lengua y agregó: “Es uno de los pocos hombres que me inhibe, hermano. Hablar con él es muy complicado. Pero la verdad, conmigo muy bien. Me trató muy bien desde el minuto uno que llegué”.

“Antes de llegar me habló muy bien, con respeto, porque yo justo estaba jugando a la final de ascenso (con Rayo Vallecano). Me dijo ‘tranquilo, hablamos después de la final’ y cumplió. Estoy muy contento y muy cómodo ahí en Boca”, expresó uno de los referentes del plantel del club de la Ribera.

Advíncula y su deseo de llegar a Boca

Tras ser consultado por su decisión de llegar al fútbol argentino en el medio de la delicada situación económica que atraviesa el país, soltó: “Lo que pasa es que yo siempre tenía el sueño de jugar en Boca. Mi viejo me hacía ver los partidos de Boca de chico“.

“Yo vi a Ñol (Solano), al Chino Pereda, me contaron de (Julio) Meléndez. Yo siempre miraba eso. La Bombonera cuando fui con Newell’s fue impresionante y los tenía en contra. Teniéndolos a favor es increíble”, declaró.

Luego, llegaron las flores para los hinchas: “Es increíble como la gente alienta. Perdimos una final de Copa Libertadores y el recibimiento el partido siguiente fue espectacular. Yo no iba. Si yo fuera hincha diría ‘estos huevones perdieron, no voy’. Pero ellos alientan a tu equipo siempre, pase lo que pase. Ellos van por Boca”.

La oferta que Boca rechazó por Advíncula

En las últimas horas, Botafogo le hizo una oferta formal a Boca por Luis Advíncula, que fue rápidamente rechazada. El club brasilero pensaba hacerle un contrato elevado al marcador de punta con una duración de 3 años, pero el millón de dólares que puso sobre la mesa para comprar su ficha no convenció a la dirigencia azul y oro. El Rayo se queda.