En Quito, Boca Juniors se llevó un empate ante Independiente del Valle por la ida del repechaje de la Copa Sudamericana. El combinado azul y oro llegó envuelto en polémicas y con más de 15 bajas, pero se paró bien ante los ecuatorianos y definirán en La Bombonera.
A un día de viajar, la dirigencia del Xeneize dio a conocer que los refuerzos no estaban habilitados para la serie. Por eso, Diego Martínez debió improvisar con el material que tenía y salió a jugar con un mediocampo en el que los cuatro integrantes no superaron los 21 años.
A pesar de las trabas, Boca hizo un buen partido en la altura y se quedó con buenas sensaciones de cara a la vuelta. En la conferencia de prensa posterior, Diego Martínez rompió el silencio tras el escándalo de los refuerzos que no fueron habilitados por error administrativo del club.
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“Obviamente es una situación que ninguno de los que somos parte de la institución nos gusta estar viviéndola, pero todos somos parte. Ante situaciones en las cuales tenés dificultades tenés dos respuestas: lamentarte, echar culpa o buscar responsables, que eso no existe porque todos somos parte de Boca Juniors, o mirar para adelante para sacar la situación adversa“, explicó primero.
Y continuó: “Pertenecemos a una institución que es muy grande y no nos podemos detener en lo que pasó. Es afrontar, es tener este tipo de líderes en el plantel. Es tener un tipo que hace una semana me dijo ‘vos quedate tranquilo que voy a poner la cara’ (Advíncula), es tener a Marcos Rojo que se tira de cabeza en cada pelota parada“.
“Es tener a Sergio Romero que me dijo ‘no te quiero ver ni con cara mala, levantá la cara que mañana vamos a hacer un buen partido’. Entonces, cuando tenés ese tipo de jugadores, no hay tiempo de mirar absolutamente nada. Es la sensación más reconfortante que se puede tener como entrenador“, cerró el entrenador, ponderando también al arquero.