A lo largo de los años son muchos los juveniles argentinos que decidieron irse a Europa en busca de una mejora no solo económica sino también deportiva. Un camino que así como muchos eligieron, a otros; como Nahuel Molina, no les quedó otra opción.

Con una realidad totalmente distinta a la que tenía cuando le tocó partir, Molina mira en retrospectiva y recuerda lo duro que fue irse del Xeneize tras separado del plantel: “Tener que ir a entrenar con la Reserva y que no te dejen, no saber a qué hora entrenaba o si no lo hacía, me dolía”.

Un momento muy duro para el lateral de la Selección Argentina quién todavía siente algo de dolor: “Mi regreso a Boca fue angustiante porque estaba la posibilidad de quedarme y a la vez no por mi contrato”, comentó destacando que “jamás espere que me pase algo así“.

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Sumado a esto, Nahuel Molina admitió en Llave a la eternidad que él ya “sabía que en Boca no iba a tener tantas posibilidades” por la calidad de jugadores que había dentro del plantel. Por esto, agradeció a Defensa y Justicia ya que le “abrió las puertas”.

Superando esto, en cuánto a lo que fue su gran despegue, Nahuel Molina explicó que significó su salida de Boca: “Udinese creyó en mi y lo que podía dar. Venir al fútbol europeo era otro sueño. En un abrir y cerrar de ojos estaba jugando en Italia”.

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Molina reveló lo que sentía en la previa a la final del Mundial 2022

Recordando lo que fue la final de la Copa del Mundo en donde la Selección venció a Francia, Molina reveló que el equipo estaba muy confiado: “El día de la final estábamos con Licha y Cuti tomando mate a la mañana y decíamos: ‘no hay forma que no sea nuestra”.

A su vez, contó como el plantel se sentía ante las cosas que recibían en el día a día: “Con las coincidencias con el ‘78 y ‘86 y la energía que había adentro, las ganas de salir campeones eran increíbles”.

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