Argentina hizo un gran partido ante Italia y lo terminó perdiendo en el final, cuando el empate parecía encajarle justo al partido en su debut mundialista. Si hasta lo pudo empatar con el tiro libre de Florencia Bonsegundo ya en descuento. Pero, con la derrota consumada, los ojos están puestos en Sudáfrica, que le hizo un partido bárbaro a Suecia y le dio buen susto, aunque perdió 2 a 1. ¿Se le puede ganar?

El rival a vencer

Más allá de que en la Selección se apuntó a Italia como el rival a vencer, no necesariamente se trataba de un rival ganable. El objetivo, claro, era llevarse la primera victoria en el primer partido, por lo que significa en lo anímico para lo que sigue, pero las europeas, en proceso de recambio, eran una incógnita teniendo en cuenta las jugadoras jóvenes que sumó Milena Bertolini en los últimos partidos: de hecho, Giulia Dragoni, de 16 años, y la experimentada goleadora Girelli, que le dio el triunfo, entró recién al final.

Los papeles

Sudáfrica llegó a este Mundial ganando por primera vez la WAFCON, la Copa de Africa, venciendo al local Marruecos. Venía de caer cinco veces en la final, por lo que llega con envión, más allá de la derrota en el debut. Nunca ganaron un punto en la fase de grupos de un Mundial y estuvieron cerca del batacazo ante una potencia como Suecia, invictas en las Eliminatorias y bronce en el Mundial 2019.

El planteo ante Suecia fue inteligente y de a ratos salió a la perfección. Un equipo compacto atrás, con laterales que buscaron abrir la cancha y llevar sobre la raya a las extremas suecas, dos volantes de marca (Jane y Biyana) que eran perros de presa para interceptar pases y salir rápido hacia las jugadoras de ataque (Mothalo, Magaia, Seoposewne y Kgatlana), una ofensiva que con pocos toques y poca gente buscaba aprovechar esos balones robados.

Así, el primer tiempo de Suecia fue previsible: se repitieron en pelotas abiertas sobre el costado derecho hacia Kaneryd, que trianguló constantemente con Angeldahl y Asllani, pero las jugadas terminaban siempre igual, con las africanas cerrando y las suecas sin profundidad. La sensación, sin embargo, fue que de a ratos las europeas subestimaron el poderío defensivo rival y creyeron que en algún momento se iban a equivocar. Con una Mbane siempre correcta, no pasó y los primeros 45 terminaron sin goles.

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La posesión fue casi absoluta: 73% para Suecia que, sin embargo, con pelota dominada, casi siempre en campo rival, no supo qué hacer para romper líneas, y aprovechar a Blackstenius y Rolfo adelante. Y ya en el segundo tiempo la sorpresa fue mayúscula porque en uno de esos recuperos de Sudáfrica, Thembi Kgatlana aprovechó a pura velocidad los espacios a espaldas de Bjorn e Ilestedt y tras la mala respuesta de la arquera Musovic, Magaia se metió con pelota y todo.

Magaia quedó lesionada tras convertir. (Getty Images)

Magaia quedó lesionada tras convertir. (Getty Images)

En la jugada del gol, cuando apenas iban tres minutos del segundo tiempo, Magaia se lesionó y debió salir, perdiendo así a una de sus jugadoras más fuertes en el medio. ¿Llegará para el partido con Argentina?

Suecia reaccionó aprovechando lo mejor que tiene y lo peor de Sudáfrica: el juego aéreo. No ganó nunca en el área, tampoco en la segunda jugada. Un centro alto desde la derecha que las centrales no pudieron despejar (tampoco Swart, la arquera) y que Rolfo aprovechó al segundo palo; y un córner (tuvo 11 Suecia) que capitalizó Ilestedt a los 89 dieron vuelta el resultado.

El juego aéreo, lo más flojo de Sudáfrica. (Getty Images)

El juego aéreo, lo más flojo de Sudáfrica. (Getty Images)

Sudáfrica salió ante Suecia sabiéndose inferior a una potencia y buscando capitalizar las pocas que tuvo, atacando con prudencia, siempre por abajo, pie a pie, dejándole la responsabilidad del protagonismo al rival y con velocidad para buscar espacios a espaldas de la línea de tres pero sin enloquecer.

Contra Argentina, Sudáfrica es probable que salga a la cancha a jugar de igual a igual, en condiciones similares y sabiendo que con otra derrota ya no tendrán chances de cumplir el sueño de clasificar a octavos. El equipo de Germán Portanova suele responder bien de contragolpe, deberá utilizar algo más el juego aéreo que no aprovechó demasiado con Italia y estar muy atento en el medio para no perder el balón y quedar a merced del ataque directo del rival.