La espera está a punto de terminar, este fin de semana la Fórmula 1 pondrá inicio a su temporada 2025, y lo hará volviendo a lo que supo ser una tradición durante muchos años: Albert Park. El circuito ubicado en Melbourne es la sede del Gran Premio de Australia y, por mucho tiempo, fue el elegido para abrir el año, aunque últimamente había pasado a una fecha más adelante en el calendario.
Sin embargo, en este 2025, Albert Park vuelve a ser la sede de la apertura de la campaña de la Fórmula 1, aunque la fiesta que suele ser el Gran Premio recibió una importante amenaza en las últimas horas: la posibilidad de una fuerte tormenta que azotará la zona sur del continente oceánico, y que podría llegar a tocar la costa australiana justamente en Melbourne.
Por lo cual, no sólo habrá que tener en cuenta el agua, sino también posibles ráfagas de viento, que podrían afectar la configuración aerodinámica y el comportamiento de los autos.
De acuerdo al servicio meteorológico actual, hay un 64% de probabilidades de lluvia por la tarde del domingo en la parte sur de Australia, como parte de una tormenta que se desatará principalmente en Nueva Zelanda, Tasmania y en el Mar de Tasmania, territorios puestos bajo amenaza, algunos kilómetros al sur de donde Melbourne está ubicada.

La última carrera con lluvia en Australia fue en 2010. Ganó Button.
Existe una probabilidad de que una parte menos potente de la tormenta toque tierra australiana en la zona donde está ubicado el circuito. Eso sí, para las tandas del viernes y la clasificación del sábado no se esperan mayores precipitaciones.
En 1991, una lluvia torrencial suspendió el GP de Australia
Australia no suele ser un territorio donde las carreras de la F1 históricamente se vean afectadas por la lluvia. Sin embargo, en 1991 un Gran Premio llegó a suspenderse debido a una tormenta y la caída torrencial de agua durante la carrera del domingo. Era el último de aquella temporada.
En aquel entonces todavía se corría en Adelaide, y con el campeonato ya en manos de Ayrton Senna, los comisarios terminaron parando la carrera apenas 23 minutos después de su inicio, y con tan sólo 14 giros al circuito dados por los protagonistas.

En 1991 llegó a cancelarse una carrera por lluvia en Australia.
La última vez que una carrera en Australia se corrió bajo la lluvia fue en 2010, donde llovió en la primera parte del Gran Premio, y Jenson Button consiguió su primera victoria con McLaren, en la segunda fecha de aquella temporada.

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