Ricardo Sendra nació en Mar del Plata y hace más de 6 años se encuentra jugando en el Sur de Asia. Tras un paso por el Ascenso argentino, etapa en la que pensó la posibilidad de colgar los botines, el hoy mediocampista de 37 años logró hacer una gran carrera en países como Singapur, Malasia, Hong Kong y Filipinas entre otros.
En diálogo con Bolavip, el marplatense hizo un repaso sobre su trayectoria que comenzó gracias a una prueba cuando se iba de vacaciones a Asia, y también se refirió a su gran presente, ya que es uno de los argentinos más goleadores de 2024 en el mundo, con 13 goles en 14 partidos.
Sus inicios en el fútbol argentino y el paso por el ascenso
-¿Cómo se dieron tus inicios en el fútbol?
-Hice las inferiores en Newell’s. Me fui ahí cuando tenía 13, 14 años e hice todas mis inferiores ahí hasta los 21. Jugué algunos partidos en Reserva, entrené en Primera, pero nunca pude debutar. Y a los 21 años, cuando uno no firma contrato, ya te dejan libre, así que a los 21 años anduve rodando ahí un poco por el Ascenso. Después hubo un tiempo que ya no quise jugar más, me volví a Mar del Plata y seguí jugando pero por hobby, me puse a estudiar y ya después me agarró el bichito de volver a vivir de fútbol, a dedicarme profesional y fui ahí metiéndome en el Ascenso argentino hasta que terminé en Asia de vuelta para jugar profesional.
-¿Tuviste la posibilidad de pasar por Chacarita?
-Sí, de hecho, estuve ahí entrenando un par de meses, pero la verdad que no estaba enfocado, no estaba demasiado maduro, digamos, por decirlo de alguna forma. Y ahí fue cuando tomé la decisión de volverme a Mar del Plata y ponerme a estudiar o seguir jugando obviamente pero no con la concentración para dedicarme a ser profesional.
-¿Cómo fue tu paso por el fútbol de Mar del Plata?
-Jugué en Urquiza, un equipo de la Liga local de Mar del Plata y de ahí jugamos un Argentino C, donde anduve bien en ese equipo y me contrató Sarmiento de Ayacucho para jugar el Federal B. Después, jugué otro Federal B que me llamó Kimberley. Ese año jugué muy bien también y me llamó Alvarado para jugar el Federal A. Después de ahí ya se me dio la posibilidad de venirme a jugar a Asia. Mi primer año fue en Singapur. Después ya estuve rondando por acá, por el sudeste asiático.
Ricardo Sendra en su paso por Alvarado.
-¿Qué empezaste a estudiar cuando volviste a Mar del Plata?
-Probé varias carreras al principio porque no encontraba algo que me guste. Así que busqué, me metí en varias carreras hasta que terminé eligiendo educación física, hice el profesorado de educación física y es una cuenta pendiente en mi vida porque hice casi dos años y medio, y cuando estaba por empezar el tercero me dieron ganas de volver a jugar al fútbol. Entonces empecé a entrenar y me metí con un profe, me metí a una liga local de Mar del Plata. Luego jugué en el Federal C, pasé por el Federal B y Federal A. Así fui subiendo hasta que se me dio la posibilidad de seguir jugando al fútbol.
El pase frustrado a Costa Rica, la llegada a Asia y la adaptación a una nueva cultura
Previo a su paso por Asia, Sendra tuvo la posibilidad de jugar en la Primera División de Costa Rica, pero no logró darse debido a que tenía planeado un viaje de vacaciones a Vietnam junto a sus amigos. Debido a esto, su representante le consiguió una prueba para jugar en Singapur.
Tras dos semanas entrenando en Geylang, le comunicaron que le iban a firmar contrato para que se convierta en nuevo refuerzo del club. “La verdad que es un nivel bárbaro, a nivel de Primera División Argentina, es tremendo“, comentó al respecto el argentino, que pasó por las ligas de Singapur, Hong Kong y Filipinas.
-¿Cómo fue la adaptación a Singapur?
-Al principio fue complicado porque la cultura asiática es totalmente diferente a la nuestra y fue difícil, por tema de cultura, por un tema de idioma también obviamente, porque yo para ese entonces, si bien Singapur es un país donde casi todos hablan inglés, tuve que aprender, entonces los primeros meses se me complicó muchísimo. Tuve la suerte de que llegó un chico de Costa Rica que vivía ahí en Asia hace un montón, manejaba muy bien el inglés y me ayudó muchísimo a aprender inglés, a comunicarme con mis compañeros, con el técnico y en el día a día. Me fui adaptando también a su cultura, a sus comidas, que era un poco complicado el tema de las comidas con demasiado picante, que nosotros en Argentina no comemos con tanto picante. Pero bueno, te terminás acostumbrando porque lo tenés ahí en el día a día. Al principio cocinaba en casa lo que yo quería para sentirme más en casa, pero llega un momento que también tenés que salir un poco y explorar. Pero bueno, ya te diría que ya pasó hace tiempo eso y ya me considero casi un poco asiático en cierto punto, ya como picante, no tengo ningún problema con eso. De hecho, a casi todas las comidas le pongo chili, si no le pongo siento que me falta algo.
Ricardo Sendra jugando para United City de Filipinas.
-¿Cómo son los campos de entrenamiento?
-Bueno, no tanto acá en Filipinas, pero sí en Indonesia, en Singapur y en Hong Kong hay buenos predios. La verdad es que tienen buenas instalaciones y muchas comodidades. Es como un equipo de primera Argentina salvando la distancia, pero sí, tenés muchas facilidades, sobre todo para el extranjero, todos tratan muy bien. Tienen todo, o sea todo lo que un equipo de primera división de Argentina tiene.
-¿Cómo haces con las costumbres argentinas?
-Se consigue todo acá, todo lo que quieras. Mate, fernet, obviamente es un poco más caro. Se paga la distancia, pero se consigue todo. Fernet, dulce de leche, mate. Soy muy matero, tengo siempre el mate.
-¿Tus compañeros conocían algo de Argentina?
-Bueno, no tanto ubicada por el mapa, pero sí por obviamente los jugadores, por Messi, por Maradona, por Di María, por grandes jugadores argentinos. Más que nada mis compañeros de fútbol conocen a argentinos, siguen mucho el fútbol de la Premier League y conocen a muchos jugadores argentinos que pasaron por ahí.
-¿Le hiciste conocer el fútbol argentino y el mate a tus compañeros?
-Hay muchos que conocen a Boca y River. Conocen mucho a Boca por el tema de La Bombonera, que eso es algo internacional y porque han escuchado hablar a grandes jugadores de eso. El mate también obviamente, yo todas las mañanas cuando voy a entrenar caigo con el mate y hay muchos compañeros que ya lo han comprado, que ya hasta toman ellos. No sé, ellos piensan que el mate les da más energía y por eso nosotros jugamos bien al fútbol, como que tenemos más energía por el tema del mate. Para nosotros es una costumbre que tenemos, pero ellos creen que el mate les da un poco más energía y juega mejor.
-¿Cómo hacés para seguir los partidos?
-Bueno, es un tema eso. Trato de verlos porque acá tenemos 11 horas de diferencia con Argentina y la gran mayoría de los partidos son en la madrugada o muy temprano. Muchas veces me levanto, los miro y los sigo, casi todos los que puedo. Obviamente soy hincha de Boca y quiero verlo.
Las complicaciones en la pandemia
-¿Cómo fue pasar la pandemia en Filipinas?
–La verdad que acá la pandemia fue un momento durísimo, fue complicadísimo porque fue la cuarentena más larga del mundo acá. Abrían, cerraban, abrían, cerraban, abrían, cerraban y nunca terminaba, fue interminable la cuarentena acá. Y fue complicado. Por suerte tenía a mi amigo Agustín y a algunos amigos también latinos que vivíamos todos cerca y dentro de todo nos juntamos, éramos como una gran familia, nos juntábamos a cocinar a pasar el tiempo porque era difícil moverte, todos vivíamos en el mismo barrio, entonces podías moverte en el mismo barrio con la máscara pero no podías moverte mucho más de ahí. Fue duro, fue duro pero por suerte tenía la contención de ellos, nos conteníamos mutuamente. Obviamente fue difícil estar lejos de la familia. Pero sí, fue un momento duro. Por suerte ya pasó, la verdad que no quiero ni recordarlo.
-¿Cómo hacías para entrenar en ese momento?
-En realidad no se podía. Hacía entrenamiento ahí en casa, subía, bajaba las escaleras. Cuando empecé a ver gente que podía salir a correr, salía a correr un poquito y me mantenía ahí. En el lugar donde estaba también había un gimnasio, entonces hacía gimnasio y corría en la cinta. Pero la verdad que te cansa porque querés salir a ver, estar siempre en el mismo lugar a uno lo cansa. Pero bueno, intenté, traté de mantenerme lo mejor posible haciendo gimnasio, subiendo, bajando de la escalera, saliendo a correr un poquito. Cuando abrieron un poco más, que se podía hacer alguna actividad con la máscara, tenía algún que otro compañero que hacíamos algún entrenamiento con pelota, pero no muy a la vista de nadie, algo muy privado y así nos fuimos manteniendo.
-¿Eran muy estrictos los controles policiales para que la gente no saliera de la casa?
-Sí, sí, eran demasiado estrictos. Aparte el gobierno en ese momento, el gobierno de Duterte, el presidente que estaba en ese momento, un gobierno militar y era muy estricto con todo ese tema.
-¿Tuviste alguna complicación por querer entrenar?
-Sí, sí, de hecho tuvimos un problema con Agustín. Una tarde salimos a correr, esto era como ya el tercer mes de la cuarentena más o menos y había visto gente que salía a correr. Salimos a correr un día y justo tuvimos la mala suerte de que pasamos por al frente de una estación policial y nos frenaron. Nos dijeron que paremos porque no podíamos correr, entonces les dijimos nos vamos para casa y nos dijeron que no. Nos hicieron entrar ahí a la comisaría. Nosotros pensamos que íbamos a tener que llenar algo. Había como una pequeña celda y nos dijeron que vayamos ahí adentro. Agus entró primero, yo venía atrás de él. Y cuando Agus entra a la celda, a mí me pegan una patada en la espalda. Yo caí al suelo y tenía a uno de los policías apuntándome con una arma, insultándome en su idioma, diciéndome que había como 3.000 infectados, que a mí no me importaba nada y que cómo estaba haciendo eso. La verdad que fue un momento difícil, con un poco de abuso de poder. La verdad es que me pegué un cagazo, me asusté muchísimo porque nunca había tenido una situación así. Estaba en un país que no era el mío, era extranjero y la verdad que nos tuvieron ahí como dos horas y media hasta que pudimos hablar con un superior nos vino a hablar y nos dijo que iba a estar todo bien. Le expliqué que era futbolista, que había visto gente que se salía a correr y yo me quería mantener, y que la gente de la comisaría me trató muy mal como si fuera un delincuente y yo nada que ver. Esa persona la verdad que nos trató bien en ese momento, nos explicó, nos hizo firmar algo y nos dejó salir. Pero sí fueron dos o tres horitas complicadas ahí adentro.
Ricardo Sendra jugando para el RCFC de Hong Kong.
-¿Cómo fue ese momento, te hizo pensar en volver a Argentina?
– No, yo ya tenía claro de que me iba a quedar ahí, por más que pasé lo que pasé. Yo aparte tenía un contrato con un club. Yo firmé en febrero y tenía contrato hasta fin de temporada. No quería volverme porque también pensaba que si me volvía iba a ser difícil después volverme para estos lados y yo ya estaba acostumbrado acá y el sueldo es mucho mejor que si yo me iba a jugar a un equipo de Ascenso de Argentina, entonces yo ya tenía mi cabeza en quedarme acá.
La última temporada y el deseo en el futuro
Con 13 goles en 14 partidos en el United City, Ricardo Sendra se transformó en uno de los argentinos con más goles en el mundo. Ahora, a la espera de ofertas para seguir su carrera, analiza su futuro tras retirarse profesionalmente.
–Arrancaste como delantero, pasaste a ser volante y sos uno de los argentinos con más goles en el mundo…
-En este torneo corto que fueron 14 partidos hice 13 goles. En la temporada que el año pasado hice 11 goles. Toda mi vida fui delantero en Argentina siempre fui delantero y cuando llegué a Asia me empezaron a tirar un poco más atrás. Fui un volante un mixto, a veces más de ataque, a veces más de defensa, pero bueno estos últimos dos años jugué un poco más de ataque y tenía más libertad entonces me sentía mucho más cómodo. Tuve la suerte que el equipo también me acompañó mucho, me ayudó, confiaba en mí, los técnicos me ponían y pude jugar más arriba y hacer muchos goles. La verdad que honestamente no tenía ese dato, de hecho me sorprendió cuando me llamaron. Sí sabía que me había ido bien.
-¿Qué estás planificando para el corto plazo en cuanto a tu carrera? ¿Querés quedarte post también retiro allá en Filipinas?
-Vine a Siargao, una isla de Filipinas a abrir este nuevo Cabrones, este nuevo restaurante que estamos abriendo. En un momento estaba pensando en retirarme y quedarme por acá, pero la verdad que también me da un poco de pena después de tener tan buena temporada, tener que que retirarme así. Por suerte llegaron algunas propuestas y estoy ahí en negociaciones de seguir jugando por lo menos un año más, una temporada más. En esta semana que viene creo que ya lo voy a tener más claro y lo voy a resolver. Pero lo más probable es que juegue un año más o lo que me dé. Y eso es por lo menos lo que tengo ahora en mente para quedarme acá en Filipinas. Ya, de acá yo no me muevo porque también quiero estar cerca de Cabrones, tengo uno en Manila, y ahora este que estamos abriendo acá. Entonces la idea es que si juego es quedarme por acá, salvo que la oferta sea muy buena y tenga que irme, pero lo más probable es que me quede por acá.
Ricardo Sendra en su paso por Kaya de Filipinas.
-¿Cómo surgió abrir el primer restaurante y cómo se fue dando para abrir el segundo?
-Estaba con un amigo argentino y otro de Costa Rica, que son mis socios. Estábamos tomando unas birras en un bar y yo plantee la posibilidad de armar una parrilla, tirar unos choris, unas carnes y mi amigo de Costa Rica que ya tenía bares y otros negocios dijo que sí y meter también comida de Costa Rica. Esto fue hace dos años, después de la pandemia y abrimos en un local chiquitito una parrillita y una cocina. La verdad nos fue muy bien, la rompimos el primer año y hace dos meses abrimos en un local nuevo y surgió tener esta posibilidad en esta isla que es una isla con una onda surf, la gente se levanta temprano a surfear, hay vías saludables, muchas playas, mucha naturaleza. Nos contactó un hostel, tuvimos un par de reuniones, probaron una comida nuestra, les gustó porque este es un lugar para mochileros y los mochileros por ahí no tienen tanto presupuesto y nosotros teníamos como confort food y comida accesible. Les gustó y nos dio la posibilidad de poder abrir acá.
-¿Cómo se hace para conseguir el tema carne y chorizo en Filipinas? ¿Cómo es también la clase, la calidad de esta carne?
-Prácticamente es lo mismo porque los chorizo los hacemos nosotros, o sea es una receta argentina, mi familia tenía una parrillita al paso en Mar del Plata y estoy usando la misma receta. La materia prima no es tan difícil de conseguir para hacer los chorizos, no necesitas mucho. Tenemos parrilla argentina, al arquitecto nuestro se la mostramos, le dijimos que tiene que ser así, somos muy meticulosos con el tema de la parrilla, así que tenemos todo, el diablito, también para modularla al costado. Con el tema de la carne hay un proveedor argentino que trae carne, por ahí no se consigue todos los cortes pero es lo mismo, tenemos cuadril, bife ancho, entraña, bife angosto, vacío, se consigue algunos cortes. Lo único difícil es conseguir las costillas.
-¿Le ponen chimichurri y ofrecen otras cosas argentinas?
-Obviamente, el restaurante es comida argentina y comida de Costa Rica, hay chimichurri, obviamente, hay empanadas, hay milanesa, es una locura. Tenemos empanadas de carne, pollo, jamón y queso, capresse, milanesa napolitana. Ahora estamos para agregar un flancito con dulce de leche pronto. Hay algunas parrillas argentinas en Manila, no acá en Siargao donde estoy ahora, porque es una isla que todavía le falta desarrollar muchísimo, aunque está creciendo rapidísimo.