El resurgir de las cenizas y volver a tener el contacto con la pelota fue algo que ayudó muchísimo a Leonel Buter, quien supo ser una de las mayores promesas de Independiente, hasta que un contratiempo físico cambió su destino.

En octubre de 2012, el juvenil fue campeón con la Selección Argentina Sub 20 en el torneo amistoso Cuatro Naciones celebrado en Chile en el que le marcó un gol en la final justamente al combinado anfitrión para darle el título a la Albiceleste. Al mes siguiente, debutó en la Primera de Independiente en un duelo ante Lanús y en su segundo minuto como profesional, al disputar un balón dividido, sufrió una rotura del ligamento cruzado interno de la rodilla izquierda

Ahora, con 31 años y tras haber completado el curso de director técnico mientras defiende la camiseta de Brown de Adrogué, Leonel Buter charló con Bolavip, recordó su pasado en el club de Avellaneda, su retiro del fútbol y su regreso para cerrar una etapa para cumplir con el destino.

– En tu debut tuviste la mala fortuna de romperte los ligamentos cruzados a los pocos minutos de haber ingresado, y sin llegar a tocar la pelota. ¿Cómo fueron esos momentos?

– Ese fue uno de los momentos que hubo un quiebre en mi vida. Para todo chico que lleva años de Divisiones Inferiores, el mayor anhelo es poder llegar a debutar. Venía teniendo un buen momento. El Tolo (Américo Gallego) me iba a dar ese ese lugarcito que tanto buscaba y bueno, el post debut fue una sensación recontra agridulce de la que sinceramente me costó salir muchísimo. Me costó salir, no me había dado cuenta en su momento y con el tiempo me fui percatando de la cantidad de daño que me había hecho ese momento.

El momento en el que Leonel Buter, en su debut, pide el cambio por la lesión ligamentaria

– ¿Te apoyaste en el Tolo Gallego, en tu familia, amigos, el plantel o recurriste al psicólogo deportivo?

– En ese momento como que uno es chico y piensa que va al frente como loco, con esa sensación y esa verborragia que te da la edad, no tuve esa ayuda que, la verdad, ahora con los años digo ‘mierda hubiera sido importante’. Pero uno se aferra a la familia, a las amistades y creo que ese fue un pilar importante para después empezar a llevar a cabo mi reestructuración dentro del fútbol porque después de eso tuve paso por clubes, que la verdad que nunca me sentí cómodo. Era como que ni había dejado abierto todo mi momento en Independiente y que no sentía que era justo tener que salir a otros clubes. Dejar el fútbol fue todo un proceso importante.

– ¿Tuviste que dejar el fútbol obligado por la lesión o por algún otro motivo?

– No, por motivos personales. Como que no me encontraba. Después de eso fui a préstamo a varios clubes, me fui al exterior y viví situaciones que cuando uno baja un poquito de esa nube que te genera Independiente o un club grande, o cualquiera que de los grandes de Argentina es un poco chocante ese cambio, y la verdad dije ‘no, esto no es para mí’ y bueno, estuve prácticamente más de un año sin jugar en el pueblo. Y justo nace mi hijo y fue una de las razones por las que dije: ‘No, pará. Esto no puede terminar así’. Tenía 23 o 24 años. Lo tenía que revertir y gracias a Dios tuve la suerte de poder volver a reinsertarme porque sinceramente después de estar tanto tiempo sin jugar, con los pasos por los clubes que había estado saliendo a préstamos desde Independiente, que no nos había ido bien tanto en lo grupal como en lo individual, no iba a ser fácil.

– ¿Cómo fue que antes de debutar en Primera División te compararan con el Kun Agüero?

– En inferiores tenía, a mi entender, una buena proyección. Era un chico que venía haciendo muchos goles y que siempre jugaba, y que le tocaba estar en las selecciones juveniles. Eso yo creo que jugó un poquito en contra para lo que fue post Independiente, para cuando salí de ese mundo, no me llenaba nada. En ese momento decía ‘pero yo me preparé para otra cosa y ahora tengo esto’… Por eso te digo que hoy poder ayudar (en el rol de entrenador) a lo más chicos a decir ‘bueno, pará. De acá para arriba hay un montón de oportunidades y para acá, para el costado, también hay un montón’. Para abrir un poco el panorama que no morís acá hoy y se termina la vida. Esas cosas fueron un poco chocantes. No sé si me comparaban con el Kun, pero sentía como que había una ilusión conmigo y bueno, justo fue cuando debuto que tuve la segunda lesión de ligamento cruzado. No fue fácil. ¿Viste? Hoy para poder seguir manteniéndote y para poder competir tenés que ser un buen profesional, para que estas rodillas se la banquen, para no tener dolores y para todas esas cosas hay que estar siempre al pie de cañón.

En plena recuperación de su rotura de ligamentos, el Rojo tuvo la situación más dolorosa de su historia: el descenso a la antigua B Nacional. La derrota frente a San Lorenzo por el gol de Ángel Correa sepultó las ilusiones de los hinchas, del plantel, el cuerpo técnico y los dirigentes.

– ¿Cómo lo vivieron ustedes? Porque vos eras chico, encima que tenías la situación de la lesión…

– La verdad que, con el diario el lunes, ese plantel lo dio todo. O sea, institucionalmente el club no estaba muy bien, venía de muchos altibajos y bueno, es una cadena de cosas que derivó en el descenso. La verdad que no se le puede reprochar mucho a los jugadores, a los compañeros. Se dio todo sinceramente, y la verdad como te digo, venía ya de un proceso importante Independiente, con malos torneos, un cúmulo de cosas… Eso que se encadenó el descenso.

Leo Buter en su época de juvenil en Independiente

Leo Buter en su época de juvenil en Independiente

– A 11 años de lo que fue el descenso, sumado a los problemas económicos que se acarrean desde la época de Andrés Ducatenzeiler, pareciera que el mundo Independiente se transformó en un círculo vicioso y va en camino a repetir la historia.

– Es increíble porque yo me acuerdo cuando, como hincha, este último tiempo viéndolo afuera, ver la Sudamericana que gana de la manera que la gana con Flamengo allá. Parecía que sacaba la cabeza del agua y hoy de nuevo está en el momento que está.

– Alejado del club como profesional, pero seguís vinculado por tu sentimiento, ¿cómo ves la actualidad de Independiente y la salida de Tevez?

– A Tevez hay que agradecerle. El momento en el que agarró el club, con la personalidad que lo hizo… Pero como te digo, el club no está bien parado, tambalea. Pero creo que lo hizo bien.

– ¿Creés que pueda llegar a ser vital que se acerquen ex jugadores como Milito, el Rolfi Montenegro o el Kun Agüero para ayudar al club?

– Es una responsabilidad muy grande para grandes ídolos hoy poner la cara en estos momentos, y muchos lo quisieron hacer. Por lo que tengo entendido el Rolfi se quiso arrimar un poco en este último tiempo. Y lo de Gaby en Independiente sería un sueño. O sea, más que lo tuve, que lo viví como entrenador en sus primeros pasos. Yo hoy soy entrenador de fútbol gracias a él, por lo que me dio y me enseñó lo que es la profesión. Pero bueno, tampoco nadie puede hacer magia con la situación. Hay que acomodar muchísimas cosas en Independiente, poner los pies sobre la tierra y darse cuenta en el momento que está también.

Después de estar a préstamo en Chacarita, Buter regresó al club de Avellaneda. Pero nuevamente tuvo que marcharse y fue Ecuador su primer destino en el exterior. Tras estar en 2016 en Deportivo Olmedo, retornó hacia el país para jugar en Alumni de Villa María, equipo de la provincia de Córdoba. Allí fue que renació futbolísticamente hablando. Hasta que en 2018 decidió marcharse hacia Grecia, donde defendió la camiseta de Rodos FC.

– ¿Qué extrañabas cuando estuviste en el exterior?

– Las raíces, las costumbres y después el fútbol. El fútbol argentino tiene algo que es increíble. Lo que es la cancha, esos partidos de Nacional B con estadios a reventar, con una presión hermosa de los visitantes, se extrañan todas esas cosas en el exterior.

– El lugar más similar a Argentina, en cuanto al color y el calor del público, ¿fue Grecia?

– ¿Sabes que sí? Somos muy parecidos a los griegos. Tengo una anécdota que nos esperaron los hinchas visitantes en el en el pasillo del estadio y nos dieron un par de cachetazos en la nuca. Y yo decía ‘pará, si me voy de Argentina por todo esto, ¿acá también lo tengo que pasar?’.

– ¿Cómo es la decisión de irse a jugar a Grecia?

– En ese momento fue la primera puerta que se me abrió cuando yo dejé de jugar. No había otra opción. Era irnos allá y retomamos el camino o nos quedamos y no juego más. Así que en un punto la decisión pasó por ahí. Y después la vida en Atenas es espectacular. Tenés unas playas paradisíacas, una ciudad con un montón de historia… Tuve la posibilidad de jugar con un argentino, Dieguito Romano, que jugó como 10 años en Primera División, así que él era el que me hacía de traductor en todos los entrenamientos hasta que la empecé a agarrar un poco la mano al griego porque inglés yo no hablaba y bueno después aprendí griego, así que dentro de todo habla un poquito.

Buter festejando en el vestuario de la Sub 20 campeona en Chile

Buter festejando en el vestuario de la Sub 20 campeona en Chile

Más allá de que sueña con poder encaminar el presente futbolístico que atraviesa Brown de Adrogué, que se encuentra en la última posición de la Zona B de la Primera Nacional, comienza a planificar su futuro lejos de los goles. Y tiene un objetivo muy claro, ya que en 2023 se recibió de director técnico: “Capaz que el día mañana te digo que quiero ser técnico profesional de Primera División, pero me gustaría poder estar dentro de la formación de los chicos y toda esta experiencia vivida tirársela a ellos como para que tengan más herramientas”, aseguró.

– ¿Sentís que faltan herramientas en el fútbol argentino o en el fútbol a nivel mundial, sobre todo con los chicos?

– En el fútbol argentino está la materia prima que es el jugador y también hay grandes profesionales detrás de todo esto. Por eso salen tantos jugadores también. Pero hay un pilar importante que no se le dio importancia y que tampoco todavía no se le puede dar importancia por el rol que tiene el fútbol de ser un ser medio cerrado con lo que viene, con lo nuevo, que es el que le da la importancia de la cabeza, de lo que vive el jugador de fútbol en el día a día, de las presiones internas y externas que genera la profesión, y yo creo que todavía ahí hay muchas cosas para que para que sigan creciendo y para que crezca un fútbol tanto argentino como mundial. Yo creo que es un tema tabú. Porque aparece no solamente en el fútbol, sino por fuera también, ¿no? El que te dice vas al psicólogo porque estás enfermo. Pero pará… El tema se está empezando a hablar mucho más, y creo el jugador de fútbol, tanto como entrena al físico tendría que empezar a entrenar la mente para los momentos en donde las cosas no van a salir. Porque a la élite llega un porcentaje muy corto. Entonces, cómo manejar esas frustraciones y esos momentos, que sea una experiencia para bien y que no pase como ha pasado también chicos que se han suicidado, chicos que han tenido problemas mentales, así que ojalá que se pueda entender desde el lado del jugador y me gustaría que se le empiece a dar mucho mayor importancia.

– Viniendo a la actualidad en Brown de Adrogué, donde vienen en capa caída, ¿cómo tomaron la salida de Pablo Vicó, que estuvo 15 años al frente del equipo?

– En estos poquitos meses que estuvimos, logramos generar una relación excelente. El grupo lo respaldaba muchísimo dentro y fuera del campo de juego, pese a que dentro las cosas no se dieron, y todavía no se nos están dando. Había un desgaste en él, no los había manifestado. Son decisiones muy personales, las recontra las entiendo porque lo hemos hablado y la verdad que tengo palabras de agradecimiento. Es un excelente entrenador, sinceramente. Bueno, 15 años en una institución no está cualquiera, y menos en el fútbol argentino con lo que significa. Entonces, hay que tomar relevancia de lo que generó acá y ojalá que pronto pueda volver a la institución dentro de unos años, dentro de lo que fuese. Creo que se lo merece.

– ¿Cómo es este cuerpo técnico nuevo que encabeza Juan Ignacio Brown? ¿Qué valores les transmitió desde lo futbolístico y desde el humano para poder sacar este momento adelante?

– La verdad que tenemos pocos días juntos, pero se ve un cuerpo técnico muy preparado, muy nutrido. Se ve que han estudiado muchísimo, que tiene mucha capacidad. Ojalá que lo puedan plasmar con nosotros para poder sacar este barco adelante, y empezar a hacer un colchón de puntos que los necesitamos- De nuestro lado el convencimiento hacia este nuevo cuerpo técnico está, y nos entregarnos al 100 como para que ellos también nos puedan sacar jugo a nosotros.

– Decías que terminaste el curso de entrenador, y con la teoría aprendida, ¿se puede ayudar a tus compañeros o al nuevo entrenador que llegó?

– En lo particular, no me gusta meterme en ese terreno. Hoy si me junto a tomar un café con Pablo Vicó, me encantaría poder charlar de esos aspectos porque me encanta también. Es algo que, como te digo, todo lo vivido con Gaby (Milito) en ese corto tiempo en Independiente con él como entrenador me dejó un millón de cosas, y el día de mañana lo primero que me gustaría hacer cuando me retire es decirle ‘Gaby, por favor dame una semana para ver los entrenamientos’, pero desde otro lugar, desde otro plano.