Matías Roskopf era una de las máximas promesas que tenía Colón de Santa Fe en sus divisiones inferiores. Debido a los problemas económicos que atravesaba el club, a sus 15 años fue transferido a Boca, donde llegó a la Reserva y gracias a su proyección, fue convocado en varias oportunidades a la Selección Argentina.
En diálogo con Bolavip, el delantero de 26 años hizo un repaso sobre su carrera, contando sus experiencias en el fútbol de Rumania, Chipre, Uruguay y México. Además, habló sobre su paso por el Xeneize y el motivo por el que lleva un año sin jugar, a la espera de una nueva oportunidad en Brasil.
Los inicios en Colón y la sorpresa de pasar a Boca
Matías Roskopf en su paso por Boca.
Al destacarse en la categoría 1998 de Colón, desde la Sub 15 Roskopf fue convocado para formar parte de la Selección Argentina. Justamente, jugando un torneo con la Albiceleste se enteró por las redes sociales que se iba a convertir en nuevo refuerzo del Xeneize e iba a firmar su primer contrato como profesional.
-¿Cómo se da tu paso a Boca?
-Tengo entendido que Colón debía una deuda muy grande, que incluso estaba por desaparecer en ese momento, entonces ahí hace un negocio con Boca y bueno, gracias a nuestra venta de nuestro pase y algo con Pavón que hicieron, el club puede mantenerse a flote y competir, después jugar el Nacional que termina subiendo en 2014. Nosotros (junto a Julián Chicco), éramos jugadores de Colón y estábamos jugando el sudamericano sub quince en Bolivia con la selección argentina. En medio del campeonato, vía Twitter, nos enteramos que Colón nos había vendido a Boca.
-¿Cuál fue tu reacción al ver esa noticia?
–Fue rarísimo. Salía por todos lados, me pareció raro y dije ‘¿qué es esto?’. Y fui a buscar a Julián Chicco a su habitación, le pregunto y él me dijo que era verdad, que ya había hablado con el papá. Ahí hablé con mis viejos y me dijeron que sabían y que tenían que hablarlo conmigo pero no querían desconcentrarme porque estaba en el Sudamericano.
-¿Cómo llevaste el cambio de pasar de Colón a Boca?
-Me preocupé por el Sudamericano, en ese Sudamericano me fue muy bien, no solamente me había querido Boca, me había querido el Manchester United, me había querido River, me habían querido muchos equipos. Era muy chico, yo procesé lo mejor que pude, me concentré en el campeonato y una vez que terminé el campeonato tuve que volver a hablar con mis viejos porque tenía que dejar la escuela a la que iba, tenía que dejar mi ciudad, tenía que irme a vivir a la pensión, tenía muchas cosas que procesar, mi primer contrato también. Me tuve que hacer grande siendo chico, pero fue la mejor decisión que pude haber tomado, de eso no tengo ningún tipo de dudas.
Su paso por la Selección Argentina
Matías Roskopf (remera negra) en el seleccionado juvenil.
Desde la Sub 15 hasta la Sub 20, Roskopf fue una fija en las convocatorias, a tal punto que llegó a jugar tres Sudamericanos y fue sparring en la Copa América 2015. Durante esta etapa, compartió plantel con campeones del mundo como Cuti Romero, Nahuel Molina y Gonzalo Montiel.
-¿Cómo fue estar en la Copa América 2015?
-Me tocó la camada del Mundial 2014, imagínate lo que era, era una cosa de locos, era impresionante, un lujo, la verdad, la mejor experiencia que tuve y donde más aprendí al lado de esos monstruos porque era una cosa impresionante.
-¿Cómo fue entrenar con Messi y ese plantel?
-Te impulsaban a no equivocarte porque agarré al mejor Messi, al mejor Higuaín, al mejor Agüero, al mejor Lavezzi, al mejor Di María, al mejor Banega, al mejor Gago, al mejor Otamendi y todo en su mejor momento está, entre comillas, en la edad y compitiendo a lo máximo posible, y también aprendí mucho de Martino, fue una experiencia increíble te diría.
-¿Cómo viste el vestuario después de perder la final con Chile?
-Muy complicado porque fue después de perder una final del mundo, entonces ya el equipo venía golpeado y se venía levantando con un humor muy arriba y parecía que todo se iba a dar y lamentablemente otra vez por penales con Chile. Veía las caras de los chicos y era una cosa frustrante porque no se lo merecían, esa camada se mereció mucho más de lo que logró. Fue horrible, muy fuerte, fue muy duro nosotros en la tribuna, en medio de todos los chilenos que nos tiraban cosas, que nos abucheaban. Haber perdido esa final fue horrible, pero fue una experiencia muy linda.
Matías Roskopf junto a Otamendi y Marcos Rojo en la Copa América.
La salida de Boca en búsqueda de minutos
Sin lugar en la consideración de Guillermo Barros Schelotto, en 2018 Roskopf inició su carrera fuera de Boca. Montevideo City Torque de Uruguay fue su primer destino, donde realizó una gran campaña al ser subcampeón del Torneo Intermedio, pero a final de temporada perdieron la categoría.
-¿Cómo se da tu salida de Boca?
-En ese momento Boca no estaba tan bien. Así que seleccionaron uno o dos juveniles y se armaron más de una camada de experiencia para sacar a Boca adelante en ese momento y ahí salí a préstamo a City Torque en 2018.
-¿Guillermo te comunicó que no te iba a tener en cuenta?
-La gerencia deportiva en ese momento nos comunica a mí y a otros juveniles más que teníamos que salir a préstamo porque no nos iban a tener en cuenta para tener minutos, y ya en la Reserva estábamos tapando un lugar a juveniles que tenían que subir.
-¿Cómo fue salir del mundo Boca e irte a Uruguay?
–Difícil al principio porque pasas a tener todo, a tener más o menos, pero es un club en el que tenes todo, no te voy a mentir, o sea, tenía todo, un grupo bárbaro, un técnico espectacular, de los mejores que tuve en mi carrera que es Pablo Marini que sigue todavía. Fue una de las experiencias más lindas que tuve, me tocó hacerle goles a equipos grandes, fue una gran temporada que me llevó a ir a Europa. Teníamos un equipo muy bueno, llegamos a la final del torneo Intermedio con Peñarol. Ese año perdimos la final tres a dos y encima descendimos.
Matías Roskopf celebrando un gol contra Peñarol.
El salto a Europa
Gracias a una gran temporada en Uruguay, Roskopf tuvo la posibilidad de saltar al fútbol del viejo continente. Rumania en dos oportunidades, y Chipre fueron los países en donde jugó. En el medio, pasó la pandemia jugando allí.
-¿Qué análisis hacés de esa experiencia en Rumania?
-Pasé al Rapid Bucarest, un equipo grande de Rumania y de ahí fui a Apoel Limasol, que lo hice como un salto para jugar en un equipo grande que jugaba competiciones internacionales. Ahí me tocó jugar un partido de Europa League, pero lamentablemente después de eso llegó la pandemia e hizo que se terminen todas los cosas, que el torneo se termine, que los equipos corten con los contratos porque era todo una incógnita en ese momento. Entonces a los extranjeros nos cortan el contrato, nos mandan de vuelta y ahí yo decidí volver a Rumania, seguí al campeonato y ahí porque me llevó un técnico que me conocía a otro equipo grande que es Cluj, donde jugué un par de partidos y al técnico al que me lleva lo echan y yo decido volverme para el país.
-¿Cómo fue vivir la pandemia allá?
-Tuve suerte porque cuando me voy de Rumania llega la pandemia a Rumania y cuando estoy en Chipre, que es una isla entonces cerraron todo rápido, vivíamos como si no pasara nada, salvo algunas restricciones. Cuando me voy de Chipre llega la pandemia a Chipre y vuelvo a Rumania que ya estaba todo controlado en ese momento entonces. Tuve bastante suerte en lo que fue la pandemia.
Matías Roskopf en su paso por Cluj.
El regreso a Uruguay y el paso por México
De regreso a este lado del charco, el delantero argentino tuvo su segunda etapa en el fútbol de Uruguay en búsqueda de mayor protagonismo. Tras pasar por Central Español y Colón, dio el salto a México, para jugar en Atlante, un grande que actualmente se encuentra en la segunda división.
-¿Por qué decidiste volver a Uruguay?
-Decidí volver a Uruguay para competir porque no había tenido tantos minutos y en ese año en Uruguay era el torneo de ascenso que estaban Danubio, Defensor Sporting que habían descendido. Teníamos un gran equipo, perdimos en semifinales con Racing de Montevideo que hoy está en primera. Después de perder había un parate, pero en vez de quedar parado, me quedé en Uruguay y fui a Colón porque jugaba la Copa Uruguay, contra Peñarol, por lo que era una buena oportunidad.
Matías Roskopf en su paso por Colón de Uruguay.
-De ahí te vas a Atlante, un equipo grande que está en la Liga Expansión….
-El fútbol de México es como el de Estados Unidos, tenés equipos muy grandes. Atlante es un equipo de primera división, por la gente, porque está en Ciudad de México, por la historia. Jugó el Mundial de Clubes contra el Barcelona en 2009, económicamente están muy bien. Atlante quiso comprar cuatro veces la plaza a Primera, pero los equipos piden una fortuna para perder la plaza o para vender el lugar. No tuve la cantidad de minutos que me hubiera gustado pero si tuve competencia, perdimos la final contra Cancún que era un equipo nuevo que fue gerenciado por unos americanos y bueno la verdad nos ganaron muy bien la final.
La experiencia con las SAD y la posibilidad de que lleguen a Argentina
–Tuviste experiencias con las SAD, que hoy son un debate constante en Argentina. ¿Crees que funcionarían en el país?
-Bueno siempre me tocó jugar en sociedades anónimas. En mi experiencia pienso es un tema complicado totalmente porque afuera es otra, cosa se vive de otra manera el fútbol. Sacando Peñarol y Nacional en Uruguay, los demás clubes están todos gerenciados, pero qué pasa, en Argentina es difícil porque para mí el club es de los socios ¿por qué? porque son los que van a la cancha, son los que pagan la entrada, son los que quieren a su club y no quieren que su club sea gerenciado por otra persona, pero a la vez el club necesita ser gerenciado también económicamente por gente para poder crecer, para poder traer mejores jugadores y para que la liga sea más competitiva. Entonces es un debate muy amplio y muy difícil que tiene tanto pros y contras de los lados. Es muy difícil tomar una decisión, porque al final es como que siempre algún lado va a perder. Es complicado, es difícil, es muy difícil.
Matías Roskopf con la camiseta de Atlante de México.
Su actualidad: un año sin jugar y la posibilidad de irse a Brasil
Luego de quedar libre de Atlante, Roskopf tuvo la posibilidad de irse a Uruguay, pero finalmente la operación no prosperó. De esta manera, quedó todo el año sin jugar y regresará a las canchas a partir de diciembre, debido a que se convertirá en nuevo refuerzo del Maricá Futebol Clube de Brasil, con quien jugará el Campeonato Carioca. Mientras tanto, se entrena en soledad junto a un preparador físico.
-¿Cómo te viene tratando el 2024?
-La verdad fue un poco duro este año porque terminé el contrato con Atlante e iba a firmar con un equipo de primera división de Uruguay y lamentablemente se cayó todo de la noche a la mañana por distintas cuestiones que no pasan por mí Lamentablemente fue terminando el mercado de pases y además estuve pasando por unas cosas personales bastante complicadas. Entonces, se dio un conjunto de cosas que hicieron que la primera etapa del año esté parado.
-¿Cómo estás haciendo para mantenerte con ritmo?
-Toda esta preparación la hice acá en Buenos Aires con profes especializados en el tema, que la verdad que fue una gran decisión. Tengo mi vida profesional, me levanto, entreno, hago como si estuviera en un club. Lo más importante y lo más difícil también, es mantener la misma rutina que uno tiene con un club y la misma exigencia. También trabajo mucho lo mental y eso me ayudó mucho, me mantiene con esa hambre, esas ganas todavía de querer seguir creciendo.
-¿Cómo se da esta oportunidad de irte a Brasil?
-En principio yo estaba expectante de un montón de oportunidades, como ha salido en un montón de lados del fútbol argentino, también del fútbol exterior, pero yo sabía y tenía la intuición de que algo iba a caer, que me iba a motivar, que me iba a gustar. Y bueno, apareció este club y ni lo dudé, principalmente por la competencia que voy a tener para poder volver al ruedo y mostrarme y sumar minutos que es lo más importante para mí. El equipo que va a competir el campeonato carioca de primera división con los equipos de Río de Janeiro como Flamengo, Vasco da Gama, Botafogo y Fluminense. Por ahora, lo que yo tengo cerrado con el club es mi contrato de diciembre hasta mayo para jugar el Carioca.