Arantxa Sánchez Vicario marcó una era en el tenis español y mundial a comienzos durante la década del 90 cuando protagonizó grandes batallas ante Monica Seles y Steffi Graf, dos de las mejores de aquel tiempo, y cosechó triunfos que la llevaron a convertirse en la mejor del ranking de la WTA en 1995. Pero, su vida dio un vuelco después de su retiro y hace apenas unos años fue condenada a prisión.

La ex tenista de 52 años nacida en Barcelona en el seno de una familia ligada al tenis tuvo idas y vueltas constantes con sus padres, a quienes llegó a denunciar por haberla dejado en bancarrota y culpar de todos sus males. Quien supo estar en la cima del mundo, estuvo frente a los tribunales españoles a comienzos de año y fue condenada por fraude.

Sánchez Vicario, directo al éxito

Desde su irrupción en el circuito WTA, el apellido Sánchez Vicario siempre estuvo bajo observación de los especialistas que la señalaban como una promesa. Y esos vaticinios se hicieron realidad en 1989, cuando en la final de Roland Garros superó a Steffi Graf y se convirtió en la campeona más joven de la historia del Grand Slam francés con apenas 17 años.

A partir de allí inició un ciclo de victorias que la catapultaron a la cima del ranking. Fueron tres Roland Garros los que conquistó, porque luego se sumaron el de 1994 y 1998, además del US Open de 1994 y las finales de Wimbledon 1995 y 1996 y el Abierto de Australia 1994 y 1995.

Para entender su estilo, ella misma en una entrevista en 2015 se comparó con Rafa Nadal: “Me identifico mucho con él. El no dar ninguna bola por perdida, luchar hasta final. Sin duda son rasgos muy parecidos a los que tenía yo cuando era tenista. Me satisface poder compararme con él o que me comparen con su forma de jugar. Supongo que él estará igual de contento de haber llevado al tenis español a lo más alto”

Semejante carrera, que incluyó 29 títulos en la WTA de manera individual, más de 60 en dobles y cuatro medallas olímpicas, le permitió acumular una fortuna de casi 17 millones de dólares solamente en premios y sumar ingresos por más de 45 millones si se incluyen acuerdos de patrocinio.

Muchos podrían decir que semejante fortuna sería suficiente para el resto de su vida. Pero no.

Arantxa Sanchez Vicario fue número 1 del mundo durante 12 semanas

Arantxa Sanchez Vicario fue número 1 del mundo durante 12 semanas

Denuncia a los padres por malgastar su fortuna

La caída de Sánchez Vicario se hizo pública en 2010, cuando sus padres publicaron el libro Forja de Campeones y ella no acudió a la presentación. En ese momento, en la prensa se filtró que había algo roto entre ella y su familia. Información que corroboró ella misma tiempo después al destapar un escándalo desconocido.

En sus memorias publicadas en 2012 llamadas “¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer“, Arantxa reveló: “Había llegado la hora de quitarnos las máscaras y demostrar que el mito de una familia Sánchez Vicario unida y feliz era eso: un mito”. Y detalló: “El comportamiento de mis padres me ha hecho sufrir mucho. En los últimos meses he vivido situaciones tan duras que todavía hay momentos en los que pienso que es una pesadilla. Lo cierto es que la relación con mi familia no existe. ¿Cómo es posible que todo lo conseguido haya desaparecido, no exista? (…) Soy la víctima y la engañada”.

Es que según denunció, sus padres malgastaron su dinero y tiempo después de su retiro se encontró con la obligación de pagar millones de dólares a la Hacienda por manejos que desconocía y sin la posibilidad de acceder al dinero que había cosechado en sus épocas de gloria. “Me han dejado sin nada, estoy endeudada con Hacienda y mis propiedades son muy inferiores a las que tiene por ejemplo mi hermano Javier, que a lo largo de su vida ha ganado mucho menos que yo. ¿Puedo aceptar este abuso y quedarme callada? No voy a hacerlo”.

Yo me dedicaba exclusivamente a jugar al tenis. Sabía que ganaba dinero, pero depositaba toda mi confianza en otras personas para que se ocuparan de esos temas. No tenía motivos para desconfiar”, explicó en diálogo con el diario El Mundo.”

Fue en esa charla, en la que dejó en claro que estaba en bancarrota: “Me queda mucha fuerza y un espíritu de lucha enorme, pero dinero, nada. Y casi lo agradezco, porque eso me impulsa a seguir trabajando como hace cualquier otra persona. Esa es la Arantxa que la gente no conoce”.

Arantxa Sanchez Vicario reconocida en 2020 por la Federación de Tenis en España

Arantxa Sanchez Vicario reconocida en 2020 por la Federación de Tenis en España

Su esposo, el responsable

Después de que se destapara esa disputa contra sus hermanos y sus padres, la familia apuntó directamente contra Josep Santacana, esposo desde 2008 de la ex tenista y padre de dos hijos. En aquel momento, Arantxa Sánchez Vicario estaba del lado de quien parecía ser el amor de su vida, pero luego todo cambió.

En 2018, se inició el divorcio del matrimonio y pronto se desató un nuevo escándalo. Es que la ex deportista se reunió con su familia y apuntó contra él, a quien culpó de haberla enfrentado de sus seres queridos.

Juicio y cárcel

En enero de este año, un tribunal penal de Barcelona falló contra Arantxa Sánchez Vicario y su ex esposo, Josep Santacana, por fraude fiscal. Según la sentencia, eludieron el pago de 7,6 millones de euros al banco de Luxemburgo y por eso condenó a la ex deportista de 52 años a tres años y tres meses de cárcel.

Sin embargo, la ex número 1 del mundo evitó la prisión y además de aceptar la pena debe estar cerca de 2 años y medio bajo un estricto control financiero que le impida cometer alguna falta o delito similar para no quedar tras las rejas.

En la actualidad, ha desarrollado un emprendimiento de tenis en Miami, pero en una entrevista contó que casi la totalidad de sus ingresos van a una cuenta en Luxemburgo para pagar su millonaria deuda.

“Ganar lo que gané me costó kilómetros corriendo en la pista, horas de entrenamiento, sacrificio y esfuerzo. Me lo tuve que ganar, nadie me regaló nada. Lo que es mío es mío, y de mis hijos. Eso es lo que más me motiva para recuperarlo”, declaró en 2023 en una entrevista al diario El País.

Justamente en esa charla, reconoció que estos juicios la dejaron al borde de la bancarrota al punto tal de que sobrevive gracias a sus seres queridos: “Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando”.