Por estos días, el técnico de Universidad de Chile, Gustavo Álvarez, disfruta de sus merecidas vacaciones, luego de un 2024 bastante extenuante donde lideró el plantel azul que consiguió el subcampeonato del Torneo de Primera División y se tituló campeón de la Copa Chile.
Y es que el entrenador argentino quiere seguir en la senda de la victoria con la U, ya que es un tipo que no le gusta ser un actor secundario y así lo ha demostrado con creces en sus dos temporadas en el fútbol chileno.
Y si llegó a convertirse en el técnico de los universitarios, se debe única y exclusivamente por lo que realizó en su anterior paso como estratega de Huachipato, donde se coronó campeón de Primera División en el 2023.
Un campeonato donde siempre mantuvo a los acereros en posiciones expectantes y en la última jornada, cuando no era el favorito si no Cobresal, logró quedarse con la corona del monarca.
Una fecha especial para Gustavo Álvarez
Aún vive en la memoria de los hinchas del cuadro de la usina, aquel viernes 8 de diciembre del año pasado, cuando, ayudado por la derrota de Cobresal ante Unión Española en Santa Laura, Huachipato bajó su tercera estrella.
Fue un partido sufrido ante Audax Italiano y recién en el segundo tiempo lo pudo desnivelar a favor gracias a los goles de Cris Martínez y Maximiliano Rodríguez, haciendo explotar a todo el Estadio CAP Acero.
Este es un club modelo. Dirigentes, empleados, staff, jugadores, la hinchada, muy agradecido de todos. Esto es una conjunción de todos para que este sea un logro deportivo. Creo que fuimos un justo ganador del torneo”, declaró tras el pitazo final y el título obtenido.
Tras aquel suceso, Álvarez tenía claro que venía un desafío mayor y no desentonó. Venía a la U y cumplió con creces en su primera temporada. Desde luego, no vino solo y junto a él, también se vino su portero Gabriel Castellón. Una historia que hoy, cumple un año.