Toda una revolución se desató, este jueves, en el fútbol profesional colombiano, luego de que se llevara a cabo una Asamblea Extraordinaria en la Dimayor y de allí salieran durísimas declaraciones que pusieron en alerta a las autoridades debido al calibre de las acusaciones.

El huracán empezó con unas palabras en la cuenta de Twitter del Eduardo Pimentel, máximo accionista del Boyacá Chicó, quien afirmó: "Estupefacto quedé ayer en plena asamblea de la Dimayor cuando escuché a un presidente de un club que acusó a otros compañeros de tener un chat privado donde están las pruebas de que en el FPC se arreglan partidos y se compran árbitros. Delicadisimo de toda GRAVEDAD, doóde esta la fiscalia?".

Y luego afirmó: "Qué pasa en en el FPC? Van amenazas y vienen, Caldas le regala los puntos al Pereira queriendo engañar a todos con una jugada de laboratorio, América da la orden a CEJ para que ilegalmente le inscriban un jugador y lo hacen, esto está incontrolable, las componendas a la orden del dia".

Pero luego se conoció también que en la Asamblea virtual hubo un cruce entre Jaime Pineda, dueño del Once Caldas y Nelson Soto, presidente de Jaguares. Según cuenta Marca, "al parecer, uno de los dueños de un equipo, que se trataría de Jaime Pineda de Once Caldas, habría amenazado fuertemente al presidente de Jaguares, Nelson Soto. En dicha acción habría incluso expresado la intención de utilizar un arma para resolver el problema. Algo de no creer".

Y agregan: "Según ha podido averiguar MARCA Claro, la denuncia la hizo Soto en la Asamblea virtual, refiriéndose a una llamada que recibió de Pineda en los días anteriores. En ella, el dueño de Once le habría citado para una reunión en Bogotá junto a otros presidentes de clubes a los que Pineda define como 'bandidos'. Pero lo peor del asunto es que para esa reunión, Pineda le pregunta si es necesario que llegue "armado o desarmado".