En el Día Internacional del Libro no podíamos dejar de lado al balón. Sabemos que libros de futbol hay muchos, pero no caben todos en un listado. También comprendemos que hay títulos y autores que son de cajón para los futboleros, digámoslo así, por lo que no es necesario reiterarlos; Eduardo Galeano, Jorge Valdano, Eduardo Sacheri, Juan Villoro, por mencionar algunos. Así que hicimos una lista con cinco que pueden gustarles para incrementar su pasión por la pelota.

El fantasista, de Hernán Rivera Letelier

Editorial Alfaguara. Con este autor puede hacerse una trampa agradable antes de sumergirse en este libro. Primero se sugiere leer La contadora de películas, una novela de corté cinéfilo que ahonda en esa magia que tienen las historias que se ven en la pantalla grande. 

Después de eso resulta placentero sentarse a conocer el futbol amateur desde una ficción con matices de una realidad que padeció Chile, tal como lo fue la dictadura. La rivalidad de dos equipos pertenecientes a oficinas salitreras y un crack con una hernia en el testículo son elementos que obligan a no soltar el libro hasta que se acaba.
 

Son cosas del fútbol, de Jorge Señorans

Editorial Fin de siglo. En un país que tiene poco más de tres millones de habitantes, ¿qué tanto se puede contar de futbol? La respuesta es que demasiado. Pero no todas las historias están en los cracks que nacen y la rompen actualmente en ligas extranjeras, como tampoco en el anclaje de vivir atados al Maracanazo, o en la reiteración de referir cualquier anécdota uruguaya al concepto de “garra charrúa”.

 

Uruguay es más que eso en cuanto a anécdotas futboleras. Este libro se encarga precisamente de hurgar en esos relatos olvidados o extraviados que en su naturaleza tienen exquisitez para ser contados. Por ejemplo, subir a un taxi y ver que el chofer alcanzó la gloria con Real Madrid y ahora se gana el sustento como ruletero.
 

La vida es un balón redondo, de Vladimir Dimitrijevic

Editorial Sexto Piso. Lejos del romanticismo, lirismo y fantasía que tiene la narrativa latinoamericana en torno a la pelota, aquí el autor nos adentra en sus memorias para guiarnos mediante el balón a lo que significa la vida de un hombre en periodos de guerra y exilio en la extinta Yugoslavia.

Ejemplifica con una prosa conmovedora y sin exageraciones cómo la cancha puede ser una metáfora de la vida con base en la experiencia de cada persona, que en este caso es la suya, un individuo serbio que encontraba consuelo en el objeto redondo que se disfruta al ser pateado.

 

Futbol. Emigrantes y neonacionalismo, de Arturo Santamaría Gómez

Editado por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Al leer este trabajo de investigación puede cambiarse la percepción de calificar como “moleros” a los partidos amistosos que disputa la Selección Mexicana en Estados Unidos. 

 

Para los mexicanos que radican en territorio estadounidense, especialmente aquellos que cruzaron como ilegales, la presencia del Tri es importante como un símbolo de identificación, arraigo y conexión con México. Así se juegue contra Bolivia o Guatemala dos veces en un mismo año, o con planteles de carácter B, el futbol va más allá de un balón en la cancha. 

 

Querido Tigre Quezada, de Toño Malpica

Editorial Castillo. Un buen futbolero sabe que los recuerdos de infancia sobre retas en la escuela, ídolos, partidos por televisión o en el estadio, son historias que se guardan con aprecio toda la vida. Pero a veces a los adultos se nos olvidan ciertos episodios que responden a la pregunta de por qué nos gusta tanto el futbol.

Con esta novela, que en apariencia está orientada hacia chicos y jóvenes, los adultos pueden regresar a esa etapa de la niñez en que lo más disfrutable era jugar, celebrar un gol del ídolo y soñar con conocerlo. Todo eso a partir de Tito, un niño que cree que pronto se va a morir.