Los sueños a menudo se cruzan y se entrelazan, creando historias épicas que perdurarán en el tiempo. En el fútbol no es la excepción, tal es el caso de la travesía de Lionel Messi desde su despedida conmovedora en FC Barcelona hasta su aterrizaje triunfal en el Inter Miami, cumpliendo así el anhelo de David Beckham.
Cuando Messi pronunció sus palabras de despedida en el Barca, se podía sentir la tristeza en el aire. “Me voy, pero no es un adiós, solo un hasta luego”, afirmó con lágrimas en los ojos. Esas palabras resonaron en el corazón de los aficionados y dejaron una promesa latente. Su legado en Barcelona es inmenso, y su agradecimiento a la afición y a quienes lo acompañaron durante tantos años fue evidente. Sin embargo, la vida futbolística tenía más capítulos por escribir.
Después de dos temporadas en Paris Saint-Germain, Messi cumplió su destino de manera sorprendente: se unió al Inter Miami, propiedad de David Beckham. Para el británico, tener a “La Pulga” con la camiseta 10, como capitán y líder en la cancha, era un sueño que parecía inalcanzable. Pero el fútbol a menudo regala giros inesperados y emocionantes.
Palabras de tristeza ayer, sinónimo de esperanza hoy
Tal día como hoy, pero en 2021, Leo dijo: “Me hubiera gustado irme de otra manera, aunque supongo que nunca una despedida puede ser algo lindo. Me habría encantado seguir acá lo hice todo con ese objetivo y al final no se dio. Solo tengo palabras de agradecimiento para todos los que me acompañaron en tantos años en el club y para nuestra afición que me dieron todo su cariño que intenté devolvérselo dando yo también todo por esta camiseta. Me voy pero no es un adiós, solo un hasta luego Vizca el Barca”, sentenciaba Messi con traje mientras se secaba las lágrimas en la rueda de prensa de despedida del Barcelona cuando no se pudo renovar su contrato.
Lionel Messi (Foto: Eric Alonso / Getty Images)
Luego de ello, el destino permitió que Messi y Beckham se unieran en un proyecto que trasciende los límites de la MLS. El impacto de Leo en Inter Miami va más allá de goles y asistencias. Su presencia inspira a sus compañeros, eleva el nivel del equipo y lo convierte desde el primer día en contendiente sólido en búsqueda de gloria.