Si Tyson Fury lo tiene todo planeado desde el inicio, todavía no se entiende bien qué es lo que está intentando conseguir sembrando tanta confusión que ni siquiera sus promotores terminan de entender cuáles son sus planes. La primera movida fue anunciar su retiro del boxeo profesional, tanto en la previa de su pelea ante Dillian Whyte como después de vencerlo por nocaut técnico en el sexto asalto.
El propio presidente del CMB Mauricio Sulaimán dudó de aquel anuncio y decidió mantenerle su status de campeón mundial de peso pesado a la espera de que anunciara nuevos desafíos. El Rey de los Gitanos salió a decir entonces que estaba dispuesto a pelear por el campeonato mundial indiscutible ante el ganador de la revancha entre Usyk y Joshua, siempre que le pagaran más de lo que se hubiese pagado a cualquier otro boxeador en su historia.
Volvió a desdecirse pocos días después haciendo un grandilocuente anuncio que proponía que esa pelea indiscutible se realizara en el Reino Unido y fuese gratis para todos los amantes del boxeo. Pero pasado un tiempo volvió a cambiar de discurso y dijo que saldría del retiro para concretar una trilogía ante Dereck Chisora que a decir verdad no le importa mucho a nadie.
En eso estábamos hasta que El Rey de los Gitanos nos echó en cara que en realidad hacer una revancha ante Chisora era muy difícil debido a las exigencias de este. “El estado a estas alturas es que difícilmente suceda. Chisora quiere mucho dinero. Es un ladrón”, le dijo a Rommi Gudmunds para poner otro enorme manto de incertidumbre a su futuro.