Si bien es cierto que falta mucho por lograr, el futbol femenil mexicano continúa en ascenso para posicionarse como un deporte/espectáculo que atrae afición, atención mediática e interés de grandes marcas para fungir como patrocinadores (ojo al caso de Meta con Tigres femenil). A cuentagotas, sí, pero se avanza.

En este año pudieron apreciarse varias postales y sucesos que dan muestra de la comunión que empieza a estrecharse entre equipos, jugadoras y aficionados, lo que se traduce en el fortalecimiento de clubes que han entendido la importancia de apoyar los proyectos femeniles.

La selección en el Azteca

Era justo y necesario que el Tri femenil jugara en su casa y ante su gente. La sede por tradición de las selecciones nacionales tenía una deuda pendiente con las futbolistas nacionales, misma que saldó contra Colombia. Amistoso o no, el partido sirvió para dignificarlas como profesionales, así como para acercar a la afición hacia ellas.

El juego funcionó también para que algunas jugadoras conectaran con quienes acudieron al templo futbolero, erigiéndose incluso como ídolas. María Sánchez y Rebeca Bernal, por ejemplo, fueron de las más vitoreadas por su desempeño a la ofensiva y defensiva respectivamente.

Los amistosos internacionales

Se ha criticado mucho la gestión de Mónica Vergara como entrenadora del Tri femenil. Una de las cosas que se le recrimina es la insistencia por probar formaciones sin definir un once. Sin embargo, la directora técnica se enfrenta al dilema de que hay dos o más opciones de jugadoras para determinadas posiciones.

En el marco de ese proceso, México ha disputado partidos contra rivales de extraordinario nivel y actitudes considerables para calar precisamente a sus futbolistas. Estados Unidos, Japón, Canadá, Colombia y Argentina fueron selecciones que sirvieron de parámetro para valorar a sus convocadas.

Aparte del fogueo, esos juegos también sirvieron para medir condición física, velocidad, fortaleza, técnica, táctica y mentalidad. El progreso paulatino arroja resultados como transitar de las goleadas recibidas ante USA y Japón a triunfos categóricos frente a Canadá y Argentina.

El título de Rayadas

La hegemonía de Tigres en la liga puso sobre la mesa el cuestionamiento de qué tan positivo o negativo es que siga ganando títulos. Entre las respuestas, se planteó que ese dominio debía ser atendido por el resto de los clubes para procurar a sus planteles femeninos y así aspirar a competirle a las Amazonas.

Que Monterrey haya ganado el campeonato es una buena señal. Se demuestra que sí hay forma de pelearle la gloria a Tigres, pero siempre y cuando se consoliden proyectos con gente capaz en la banca, desarrollo de talento en sus jugadoras, instalaciones adecuadas y vínculo con la grada.

La evolución de Santos

Hace un año no figuraba como un equipo que le pudiera competir a Tigres, Rayadas, América, Chivas o Tuzas. Pero sin hacer mucho ruido, con base en el trabajo del cuerpo técnico encabezado por Jorge Campos, se volvió protagonista. ¡Y con buen futbol! Jugadoras como Daniela Delgado, Cinthya Peraza, Alexxandra Ramírez y Alexia Villanueva encaminaron este proceso a su primera liguilla.

Extranjeras en la liga

Con la apertura de fichar dos futbolistas extranjeras por equipo, se incentiva la competencia en los planteles, además de generar un plus para visibilizar la liga fuera de México. Uno de los casos más relevantes fue el de Sarah Luebbert con América. En muy poco tiempo, la estadounidense se ganó con su futbol a la afición azulcrema al grado de convertirse en ídola; sus goles anotados a Chivas y Tigres en liguilla detonaron una conexión especial con la tribuna.

Ser quienes son

Vivimos en un país donde un sector de la población sigue sin entender que una mujer es libre de amar a otra mujer y de poder expresar ese sentimiento con libertad. Pero a diferencia del futbol varonil, núcleo en que aún es tabú el tema de la homosexualidad, el futbol femenil ha dado muestra de que el afecto entre personas del mismo sexo es un derecho que puede manifestarse públicamente. A nivel sociocultural es también un mensaje para que muchas mujeres más dejen de ser estigmatizadas o de esconderse por sus preferencias sexuales.

Identificación e idolatrías

En distintos estadios pudimos detectar que cada vez más niñas y adolescentes acuden a ellos para presenciar en vivo a los equipos que han elegido apoyar. Esa decisión va de la mano con la figura de una futbolista en particular que les genera admiración. Alicia Cervantes, Greta Espinoza, Stephany Mayor, Alison González, Renata Masciarelli, Cristina Ferral, Joseline Montoya, son vistas como ídolas por chicas que se aproximan al futbol gracias a ellas.