“Esto no fue un pleito entre barras, eso es lo que tiene que quedar clarísimo. Esto no fue un pleito entre barras. Esto fue una emboscada planeada, organizada, en la cual el club Querétaro tiene mucho que ver. Un equipo así no puede existir, así de sencillo”, puntualiza con su relato Sebastián S., aficionado atlista que estuvo presente en la tragedia del Estadio Corregidora.
Junto a su novia acudió al partido para apoyar al Atlas. Si bien tenían conocimiento de antecedentes que colocaban a este juego en rango de alta tensión, nunca imaginaron que una tarde de futbol iba a convertirse en un acto de supervivencia para ellos ante la violencia desencadenada en el inmueble.
Asustado y shockeado por lo que vivió, afortunadamente sano y salvo en lo físico, Sebastián S. quiso compartir a Bolavip México su experiencia con el propósito de contribuir en darle voz a las víctimas y personas afectadas de un suceso que marca a la sociedad en general por el nivel de barbarie registrada.
Sebastián S. ha decidido también brindar su testimonio como una forma de desahogar el miedo acumulado durante horas, así como el dolor e impotencia derivados de las imágenes que ha visto circular por televisión y redes sociales.
¿Tu novia y tú están bien?
Por fortuna, sí. Logramos salir bien del estadio y volver a casa sin mayores broncas. Ahorita lo que nos empieza a mover un poco es el susto de lo que pasó. Es que fue una locura.
¿Cómo se duerme, si es que se puede, después de lo que vieron?
En la noche, con toda la adrenalina, uno intenta mantener la calma. Pero llega un momento donde empiezas a recordar todo y entras en shock. Es una sensación muy rara.
¿Qué te topaste en tu celular o computadora sobre lo que había pasado y no alcanzaste a ver?
Desde donde estaba la barra del Querétaro, en su cabecera, tal cual vimos cómo se abría una puerta de su jaula. Se abrió la puerta, ni siquiera la tumbaron. Después vi en los videos de Twitter que sí les abrieron la puerta.
Vimos cómo corrieron como orcos (en alusión a la película El señor de los anillos) alrededor del estadio hasta que nos rodearon por los lados. Y por los lados dices “bueno, mínimo la jaula me protege un poco y si se pone feo podemos escapar, salir”. Pero cuando nos rodearon y empezaron a arrojar botellas de vidrio ahí sí temí por mi vida. No había para dónde escapar.
¿Tenían noción de lo tenso que es este partido por la rivalidad existente?
Entiendo que hay rivalidades. Atlas-Chivas, por ejemplo. A veces incluso Atlas-Pumas. Hay rivalidades que se dan. Yo pensaba que contra Querétaro era una rivalidad de ese tipo, pero jamás pensé que los de Querétaro, al momento de los golpes, iban a matar. ¡Era a matar!
No sé si pudiste ver los videos de cómo a la gente del Atlas le quitan su ropa, les quitan sus pertenencias. Los golpean hasta dejarlos inconscientes, los golpean con picahielos, le patean la cara. Hay rivalidades, incluso entre porras, entre barras. Pero lo de Querétaro es algo que jamás había visto.
Cuando tú me haces esta pregunta, te digo que sí sabía que había un pique pero no esto, no esto. No a este nivel de odio que nos tienen. Porque es eso, odio. Ni siquiera sé si tiene que ver solamente con el futbol, la verdad. Este nivel de odio que nos tienen es algo de gente que está mal de la cabeza.
¿Cómo fue el operativo de seguridad con los atlistas?
Yo llegué por fuera, no con la barra. Cuando llegué, mucha gente de Querétaro que trabaja afuera del estadio (la señora de las garnachas, la señora de la taquilla) nos dijeron: “No se queden aquí mucho tiempo, tengan mucho cuidado porque ahí están los de la barra de Querétaro que andan cazando gente, andan cazando atlistas”.
Nos metimos entonces a los camiones donde estaban todos los atlistas. Le comenté a una amiga lo que me dijeron y ella me contó su experiencia. Dijo que a ellos los apedrearon. Venían en caravana y carros les cerraron el paso para lanzar piedras. Desde antes de llegar al estadio, a los que venían en carretera, los habían apedreado.
Llegamos y había mucha policía en el acceso al estadio. Hubo algo que suele suceder cuando uno es visitante: la policía da largas. Primero nos dicen “fórmense para el ingreso” y después nos dicen “fórmense más atrás, fórmense más atrás”, como provocando. Estuvimos bastante tiempo bajo el sol esperando.
Hicieron dos filas, una de hombres y una de mujeres. Normalmente cuando eres visitante, te dejan pasar una sudadera. Una sudadera, cuando eres visitante, es muy importante porque cuando acaba el partido te la pones. Cuando sales del estadio puedes toparte con gente o grupos del equipo local y te pueden hacer algo. Por eso la sudadera es importante, para taparte tu playera. Bueno, no nos dejaron pasar nada, ni siquiera sudaderas. Nada, nada, nada.
Literalmente entré con mi celular y mi cartera, que tenía mis tarjetas y dos billetes. Es lo único con lo que pude ingresar. Nadie del Atlas pudo entrar con colguijes. Nadie pudo entrar con cinturones. Con nosotros la revisión fue muy exhaustiva en el primer filtro.
Después hubo otro segundo filtro donde nos volvieron a revisar para que nadie tuviera doble prenda. Así que cuando entramos a la jaula (zona del estadio), nosotros teníamos solamente la playera, pantalones y calcetines. Bueno, hubo gente a la que incluso le quitaron sus zapatos. Fue un cateo muy exhaustivo. A cada uno que catearon fue de un tiempo de dos minutos.
¿Cómo encuentras el ambiente en el estadio tras el aviso de que había gente cazando? ¿Quiénes los estaban cazando?
Me imagino que se referían a la gente de la porra del Querétaro, de la barra. Al momento de ingresar había mucha gente que daba vueltas para enseñar sus trapos, como provocando. Gritaban “arriba Querétaro”. Hasta ahí, digamos, lo normal de un partido. Eso pasa en todos los estadios.
La verdad he de decir que en el primer tiempo hubo cánticos, todo era normal. Querétaro tuvo ocasiones de gol, Camilo Vargas paró varias, Atlas metió el gol, lo festejamos. Hasta ahí todo tranquilo. Mientras que el ambiente de la previa del juego fue tenso, a mí novia y a mí se nos olvidó eso porque el primer tiempo transcurrió normal.
Entonces todo se detonó en el segundo tiempo. ¿Notaste algo que estuviera fuera de lo normal?
Sí. De repente vimos unos pleitos del lado izquierdo de nuestra jaula, hacia la cabecera donde no estaba la barra de Querétaro. Vi cómo perseguían a unos aficionados de Atlas (no integrantes de la barra) que pudieron escapar y luego se reagruparon para empezar una disputa entre gente de Atlas y de Querétaro. Volteamos luego hacia la derecha y estaba pasando algo semejante.
Pero de pronto vi algo que no era nada normal. Donde estaba instalada la barra del Querétaro había una reja y vimos cómo se abrió la puerta. “¿Les abrieron la puerta?”, nos preguntamos. Entonces dejamos de ver el juego y nos pusimos a ver lo que ocurría. Vimos a mucha gente con la playera del Querétaro corriendo a toda velocidad para rodear, ¡no paraba de salir gente de allí! Notamos que venían hacia la jaula donde estábamos más aficionados del Atlas.
Esta narrativa que manejan los medios de que es un pleito de barras no tiene sustento. Nosotros estábamos encerrados, lejos de donde estaban ellos. En todo caso había pleitos esporádicos con atlistas que no estaban en la jaula. ¡Nosotros no podíamos salir de ahí!
¿Quién abrió la puerta a los aficionados de Querétaro para que fueran a golpear a la gente de Atlas?
Estaba lejos para ver quién abrió la jaula. Ya después vi en un video de Twitter que fue un guardia el que abrió la jaula de la cabecera del Querétaro.
Empiezan a caer botellas, se aproxima el ataque, ¿qué decisión tomanen ese instante?
Mi novia y yo corrimos hacia la cancha para protegernos. Intentamos escondernos en la zona de bancas del área técnica pero era imposible, había gente con playera del Querétaro por todas partes queriendo golpear a los atlistas. Al ver eso cruzamos todo el campo para irnos hacia la zona de vestidores porque había personas que se estaban refugiando allí.
Había muchísimos niños. Al bajar por el túnel lo primero que veo es una persona que recibe un impacto y cae rodando por las escaleras. Inmediatamente me metí al túnel. Segundos después cerraron la puerta para quedarnos ahí atrincherados. Ya encerrados en el túnel avanzamos sin saber qué había más adelante, no sabíamos si nos iban a emboscar también.
Nos calmó mucho que salió de los vestidores una persona del cuerpo técnico del Atlas para organizarnos. Lo primero que nos pidió fue cubrirnos las playeras para podernos evacuar. Nosotros le comentamos que no podíamos hacerlo porque nos habían quitado las sudaderas, que no nos dejaron entrar con sudaderas ni nada con que cubrirnos las camisetas. Allí fue cuando se nos hizo tan extraña la situación (del ataque).
También había gente de Querétaro que se quitó sus playeras para dárselas a personas y se las pusieran. Con nosotros llegó alguien que le dio su playera del Barcelona a mi novia para que pudiera protegerse. Otra persona nos dijo que lo mejor era quitarnos las playeras para salir, pero hacerlo era ponernos en evidencia, así que hubo quienes nos regalaron sus chamarras para cubrirnos. Allí permanecimos esperando un rato. Nos decían que esperáramos a la policía para podernos desalojar, pero estuvimos ahí media hora.
De repente vimos que había gente de Querétaro desde la tribunas que nos señalaban, nos amenazaban. Dijimos “están espiando, dando la información para que cuando salgamos por acá nos golpeen, nos rodeen y nos hagan lo mismo que le están haciendo a la gente en la cancha”. Apagamos la luz, nos reagrupamos más adentro. Dejamos pasar un tiempo hasta que nos indicaron que podíamos salir por el lado del campo. Tuvimos que cruzar de nuevo toda la cancha hacia nuestra jaula.
En ese cruce vimos que había aficionados del Querétaro sentados en la tribuna que habían visto todo. Comenzaron a burlarse de nosotros. Se quedaron ahí para burlarse. Vimos charcos de sangre, vidrios, cinturones. Mientras que a nosotros nos hicieron una revisión exhaustiva… Había palos con los que pegaron, botellas rotas. La directiva le dio permiso a la barra de meter ciertas cosas y con esas cosas nos golpearon.
¿Cómo se siente el miedo en ese momento?
Cuando vi caer las botellas de vidrio temí por mi vida. Eran muchas, muchas. No había forma de cómo cubrirse. Si acaso con el brazo. Ahí sí sentí demasiada preocupación, angustia.
¿Crees que el ataque fue planeado y permitido?
Sí, sin duda. Generalmente cuando vas como visitante a un estadio, te meten en tu jaula y alrededor de ti hay como cinco filas de granaderos rodeándote. Es lo que suele verse generalmente. Ahora no sucedió. Hubo revisión exhaustiva para nosotros y no ocurrió para la gente de Querétaro. En el instante que les abren la reja a los del Querétaro para correr hacia nosotros, nunca más volví a ver a un solo policía. No volvió a aparecer la policía en ningún momento.