La polémica por todo lo que sucedió en el Estadio de la Corregidora entre los "aficionados" del Querétaro y Atlas no para, y tiene todo para seguir así por lo menos hasta que salgan a la luz los resultados de las investigaciones de las autoridades y las consecuencias correspondientes. Mientras tanto, ahora llegó el turno del Director General de los Gallos de dar su versión de los hechos.

Adolfo Ríos platicó en exclusiva con dos programas de televisión, en donde aseguró que se trató de algo preparado (por los barras) y confesó que ya realizó una denuncia a la empresa que brindaba la seguridad privada en el recinto, ya que la misma claramente no cumplió con su trabajo de forma debida. Por si fuera poco, después contó cómo puso en riesgo su integridad física y la de su hijo... 

 

"La forma cómo suscitó todo, cuando el partido había comenzado en el segundo tiempo, la afición tuvo mosaicos que estaban destinados con los papeles de colores para hacer esa motivación para el equipo y para la misma afición y de repente, fue una cuestión que detonó. Parecía que sí había una situación de acuerdo, no hubo posibilidad de parte de los elementos que estaban de reaccionar, porque fueron superados en todos los sentidos", reveló el directivo de los Albiazules para TUDN.

El descontrol que se vivió en el Estadio de La Corregidora (Imago 7)

El descontrol que se vivió en el Estadio de La Corregidora (Imago 7)

Más adelante mencionó: "Hemos levantado ya una denuncia para quien resulte responsable por toda la situación de lo que las personas que estuvieron dentro de la cancha fueron víctimas. No hay ninguna relación en la situación de facilidades con la barra, todos son abonados, todos compran su Bonogallo para poder entrar al estadio, no se les da un precio preferencial, se les dan descuentos que se le dan a toda la afición de Querétaro".

 

 

Puso en riesgo su vida y la de su hijo

Más tarde dialogó con La Última Palabra, emisión de Fox Sports, donde subrayó: "Cuando yo bajé (al campo), mi hijo bajó atrás de mí. Los dos nos pusimos en un riesgo, porque muchas de las personas golpeando parecía que no estaban en sus cinco sentidos. Puse en riesgo mi vida y la de mi hijo, pero prescisamente fue por la gente que estaba ahí. No me digan que no me interesa la gente, porque fui a rescartarlos a la fosa".