Hernán Cristante, quien es Director Técnico del Club Querétaro hace menos de un mes, vivió uno de los episodios más dramáticos de su carrera el pasado sábado en el Estadio de La Corregidora. Con el partido suspendido por la invasión de los barras al campo de juego, el argentino tuvo un extraordinario gesto con distintos aficionados (de ambos equipos) y demostró su preocupación por la situación al preservar la integridad física de los mismos.

Tal como te adelantamos ayer en Bolavip, el entrenador que es idolatrado en el Deportivo Toluca se acercó a los túneles y se encargó de abrirle las puertas del vestidor local a varias personas que no tenían dónde esconderse para salvarse de las golpizas. La mayoría eran familias, mujeres y niños que no tenían nada que ver con los enfrentamientos, y hoy agradecen al estratega por su gesto. Una "protegida" del exportero dio su relato en sus redes sociales.

 

"Acabo de llegar a Guadalajara y por fin pude abrazar a mi mamá entre lágrimas. Gracias a las personas de Querétaro que nos ayudaron a mi novio a mí a resguardarnos en las bancas para después bajar al túnel, gracias a los jugadores y Hernán (Cristante) por ayudarnos a ingresar a los vestidores", señaló una usuaria en su cuenta de Twitter.

Más adelante dio otros detalles: "Cuando empezó la masacre, porque eso fue, tuvimos que correr a la cancha para ponernos a salvo y en ese transcurso un aficionado del Querétaro golpeó a una amiga. Mientras corríamos pudimos ver a un aficionado del Atlas siendo agredido por más de 6 personas de Querétaro, pero lo que jamás vimos FUE A UN SOLO POLICÍA. No entiendo cómo aficionados traían navajas, mochilas, etc, si a nosotros no nos dejaron ingresar siquiera chamarra o simplemente gorra".

 

 

Luego, la salvó un niño fanático de los Gallos

Esto no fue todo, una vez logró escapar del Estadio (tras ser ayudada por Hernán Cristante), un pequeño fanático de los Gallos Blancos decidió entregarle su playera para que pase desapercibida en la salida del inmueble. Sin colaboración de la policía, huyó junto a otros fanáticos del Atlas y pudo culminar este viaje salvándose de una verdadera tragedia.