Por si no hubieran sufrido ya por los hechos de violencia que se vivieron en el Estadio de La Corregidora el pasado 5 de marzo, en pleno partido ante Atlas, los jugadores del Querétaro siguen pagando por aquellos sucesos que nada tuvieron que ver con ellos, sino con un grupo de mal llamados aficionados de Gallos Blancos.
Estaba finalizando el primer tiempo cuando Kevin Escamilla hizo un gesto hacia la grada de León, con el pulgar hacia abajo, que le valió una tarjeta amarilla de parte del árbitro por entender que podía incitar a la violencia. Esto fastidió a los futbolistas de Querétaro, que explicaron al colegiado que desde esas gradas les estaban gritando “asesinos”.
No solo los jugadores, sino también el entrenador Hernán Cristante fueron a quejarse ante el árbitro por la decisión y por no tomar otras cartas en el asunto en relación a lo que estaba sucediendo. Este, sin embargo, no hizo caso de los reclamos y finalmente dio por terminada la primera mitad.
Conato de bronca en el Nou Camp
La prohibición de afición visitante en los estadios que dispuso la Liga MX tras los incidentes de La Corregidora no parecen poner fin a los episodios violentos, pues en el Nou Camp se registraron algunas peleas entre los propios aficionados de los Panzas Verdes, en el mismo sector del que habían surgido las agresiones verbales a los futbolistas de Querétaro.
“La Liga BBVA MX informa que esta tarde tras presentarse un conato de bronca en la tribuna del Nou Camp, durante el partido León vs. Querétaro, en trabajo conjunto de las autoridades y el Comisario del Partido, se retiró a dos personas del estadio”, se leyó en las redes sociales oficiales de la Liga MX.