Fue uno de los bombazos más importantes del mercado de pases, pero todavía está en deuda con lo que se espera de él para este Torneo Clausura 2023. Sí, estamos hablando de Diego Lainez, cuya influencia en el juego de Tigres UANL se reduce a un par de chispazos en el campo.

El crack de Villahermosa no tuvo más remedio que volver a la Liga MX en busca de minutos, luego de no tener mucha actividad en el Sporting Braga y quedar prácticamente descartado del proyecto del Betis; sin embargo, la realidad de Lainez no ha sido distinta a la que vivió en Europa.

Y es que luego de cumplirse un mes de haber sido anunciado como nuevo refuerzo de Tigres UANL, Lainez apenas suma seis partidos con el equipo que dirige Chima Ruiz. Lo curioso es que en todos los compromisos fue suplente, nunca ha sido parte del once inicial de los Felinos.

Esto no es ninguna casualidad. De hecho, es algo que no tiene nada que ver con el incuestionable talento y la calidad que tiene el joven extremo mexicano, va mucho más allá. Se trata de una cualidad que el mexicano nunca pudo adoptar durante su primera etapa en el Viejo Continente.

¿Qué pasa con Lainez?

Foto: Imago 7

Foto: Imago 7

Para nadie es un secreto que Diego es un futbolista rápido, desequilibrante, letal en el uno contra uno y muy valioso cuando cuenta con espacios; sin embargo, el extremo de Tigres UANL siempre ha tenido problemas para comprender lo que demanda el juego y es este aspecto el que lo saca de cualquier once inicial.

Cada vez que recibe el balón, Lainez siente la necesidad de hacer una jugada irrepetible o encarar al rival para intentar desbordarlo por la banda. Pero la propuesta de cualquier equipo exige responsabilidad en la conducción del balón e inteligencia en la toma de decisiones, tanto en Europa como en la Liga MX.

Cada pérdida es sinónimo de contragolpe, por lo que esa inspiración individual de Lainez muchas veces compromete la estructura defensiva del equipo. Ese es un tema que trae pendiente desde el Betis, donde a pesar de que los técnicos admiraban su calidad, siempre apostaron por opciones más conservadoras.

El camino para que Lainez abandone el rol de eterno suplente pasa, necesariamente, por mostrarse como una opción confiable para las distintas situaciones del juego, establecer sociedades de pase seguro con sus compañeros y dejar el vértigo para momentos muy específicos del partido. ¿Podrá conseguirlo?