Sin minutos de juego suficientes en el Celta de Vigoespañol, Orbelin Pineda había comenzado a detectar durante el transcurso de la pasada temporada que sus chances de formar parte de la convocatoria de Gerardo Martino para disputar con México el Mundial de Qatar estaban descendiendo semana a semana.
Finalmente, encontró la oportunidad de emigrar rumbo al futbol de Grecia y vincularse con el AEK de Atenas que conduce un viejo conocido como Matías Almeyda, con quien compartió momentos de gloria en Chivas de Guadalajara.
“Lo más importante es jugar y retomar la confianza para estar en el Mundial. No podía arriesgarme a estar en un equipo en el que no jugaba, porque eso era ponérsela fácil al Tata. La intención era competir y estar en la lista definitiva y me siento muy emocionado en Grecia y que sirva para un salto más adelante”, expresó en diálogo con Mediotiempo.
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De todas formas, Orbelín reconoció que no le fue sencillo tomar la decisión, pues más allá de los 90 minutos que dura un partido de futbol significaba para él y su familia un importante cambio cultural al que deberían adaptarse.“Era un paso de miedo, que decíamos cómo vamos a hablar; ha sido algo complicado. Mi esposa si sabe hablar inglés, yo no, yo escucho solamente y me es difícil y poco a poco aprendo algunas palabras, como buenos días, hola, gracias, palabras un poco más fáciles y poco a poco te empapas de la cultura. Hay que sacarle provecho a todo para disfrutar”, resaltó.
Los primeros partidos de Pineda con el AEK dan para ilusionarse, pues ha marcado goles en la pretemporada y también en el debut del equipo en una nueva temporada de la Superliga de Grecia, ante Limia. Habrá que ver qué tan atento está Martino al desarrollo de una competencia que no es tan vista en México como La Liga que abandonó. Pero eso no es responsabilidad de Orbelín, sino del entrenador.