El 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona, la vida de Dani Alves dio un vuelco de 180 grados. Unos días atrás, el lateral brasileño había estado defendiendo los colores de su país en Qatar 2022 y, semanas más tarde, tuvo que estar tras la rejas.

Es que aquella noche de fin de año, una joven que se encontraba en el recinto denunció agresiones sexuales por parte del futbolista que había militado en Pumas y que está en prisión preventiva hasta que se realice el juicio. En ese contexto, Joana Sanz, su esposa, anunció su separación este miércoles.

"Elegí como compañero de vida a una persona que ante mis ojos era perfecta. Siempre estuvo cuando más lo necesitaba, siempre me apoyó en todo, me impulsó a crecer, cariñoso, atento... me cuesta tanto aceptar que esa persona pudiera romperme en mil pedazos", comenzó explicando en una publicación de Instagram con la carta, escrita a mano.

Y siguió: "Creo que me va a costar años de vida sacar de mi memoria su forma de mirarme. Esa forma de como si yo fuera lo más increíble del mundo. Y joder, sí, soy increíble. Porque soy trabajadora, independiente, inteligente, detallista, cariñosa, divertida, fiel y humana. Tan humana que, a pesar del daño que me ha causado, sigo estando aquí a su lado".

"Sigo y seguiré estando, pero de otra forma. Lo amo y amaré siempre. Quien diga que el amor se olvida se está autoengañando o no amó de verdad. Pero me amo, me respeto y me valoro mucho más a mí misma. Perdonar alivia, así que me quedo con lo mágico y cierro esta etapa de mi vida que comenzó el 18/05/15", cerró.