Hace mucho tiempo ya que conocemos la hermosa relación que tienen Mina Bonino y Federico Valverde, jugador del Real Madrid. Se enamoraron, ella se fue a vivir para España con él y hasta tuvieron su primer hijo juntos. Divinos. Lo que nunca se iba a imaginar la periodista deportiva es que gracias a esta pareja, tendría casi todos los fines de semana la chance de visitar el lugardonde vivió uno de los momentos más felices de toda su vida: el Santiago Bernabéu. Claro, por si alguno a esta altura no lo sabía, es fanática de River y estuvo presente en aquella final.
“Cada domingo o sábado que juega el Real y entro al Bernabéu, me agarra una cosa. Es como que está muy fresco. Me acuerdo de todo, millones de cosas enla mente. Hasta el nacimiento de mi hijo el pasado 20 de febrero, el día más importante de mi vida había sido el 9 de diciembre de 2018. Revivir eso es increíble”,contó en diálogo con Diario Olé. No solo el partido fue épico. También la historia de cómo viajó para Argentina para estar en el Monumental durante el duelo que finalmente no fue, y las cosas del destino que le llevaron el encuentro al lugar que luego sería su hogar.
“Me fui sola y no sé cómo no me deportaron. Cuando (Alejandro) Domínguez dijo que el partido era en Madrid, no lo podía creer. Habíamos ido al Monumental con mi viejo en los dos días que no se jugó. Era una locura. Me puse a mirar pasajes por internet y estaban como 70 lucas. Primero era ni en pedo, pero después se me ocurrió sacar sólo el de ida. Y me salió más barato. Después, allá paré en un hostel que parecía una cárcel. Dormía con hinchas de Boca y River. Eramos siete en un cuarto, encima todos pibes. Un olor a todo lo que puedas imaginar. Roncaban todos, ja ja. Por momentos me preguntaba qué hacía allá”, relató.
Ya en el estadio, también tuvo sensaciones que le contará hasta a sus nietos: “Cuando Boca hizo el gol, se me vino el mundo abajo. Era dificil. Me preguntaba cómo salíamos de esta. Ya me imaginaba la vuelta a casa amargada, llorando. Encima, en una cancha que no conocés y que explotaba. Y después darlo vuelta, otra locura. Cuando terminó el partido, me largué a llorar por todo. Por River campeón, por no tener a mi viejo ono poder abrazar a miabuelo. Pero fue un alivio. Valió la pena. No se olvida más”,expresó sobre aquella histórico evento.
Claro, el tiempo para la nostalgia sobra en esta cuarentena: “Estamos encerrados, ya perdimos la cuenta. Hace poco más de un mes que no salimos. Encima con un bebé, no vamos a ningún lugar. Y ya dejamos de leer las noticias, los noticieros porque nos volvemos locos. Todo el día Netflix, no tenemos idea qué está pasando afuera. Decí que el nene no entiende nada. Cuando sea grande, va a decir que nació en medio de una pandemia, je. Nos mata a nosotros no poder salir o sacarlo a pasear, hacer la vida de cuando uno sos papá y mamá”,terminó diciendo.