Conocida mundialmente por la violencia y el narcotráfico, Ciudad Juárez intenta dejar atrás esa pesada herencia y los Bravos juegan un papel preponderante en esa tarea.
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Para conocer desde adentro cómo se vive el fútbol en Ciudad Juárez, Copa90 viajó al norte de México para conocer en primera persona la experiencia de llevar adelante un club en una de las ciudades más sangrientas del planeta.
El Fútbol Club Juárez sorprendió al balompié mexicano el año pasado al consagrarse campeón del Clausura 2015 del Ascenso MX, el primer torneo desde su fundación. A pesar de no haber conseguido subir a Primera División, los Bravos quieren demostrar que son un ejemplo del rol social que cumple el deporte y esta temporada volverán a intentar ascender a la máxima categoría.
En 2010 morían unas 10 personas por día en Ciudad Juárez
Juárez es una ciudad ubicada en la frontera con Estados Unidos, la cual se hizo mundialmente conocida gracias al Cártel de Juárez, una organización criminal dedicada al tráfico ilegal de drogas. Para el año 2010, morían asesinadas allí un promedio de 10 personas por día, lo que le valió el mote de “la capital mundial del homicidio”.
Para ese entonces, el equipo de la ciudad era el Club de Fútbol Indios, que en medio de la violencia logró ascender a la Liga MX. El fútbol servía como una válvula de escape para los juarenses. Pero el equipo no pudo mantenerse ajeno de la debacle de la ciudad; comenzó a caer y en 2012 terminó con su desafiliación.
La afición de FC Juárez se apropió del nombre y se hace llamar “El Kartel”
De las cenizas de Indios nació en 2015 FC Juárez. Un grupo empresario encabezado por la familia de la Vega decidió devolverle el fútbol a la ciudad, darle esperanza a la gente. Un equipo profesional con futbolistas que sirvan como ejemplo a los jóvenes, para que puedan aspirar a llegar a primera y su única alternativa no sea la salida fácil del narcotráfico.
La afición de Bravos tomó el nombre de “El Kartel”, para adueñarse del término por el cual es conocida Juárez y resignificarlo. “No eramos el cartel de los malos, eramos el cartel de los buenos”, asegura un fanático, ilustrando esa búsqueda de redención en la que se encuentra la ciudad.
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