Apenas consumada la victoria, Mascherano tuiteó la clásica foto con el festejo interno. Un equipo sólido en lo futbolístico y anímico, que una vez se antepuso a una difícil.
Argentina jugó un buen partido, pero se le complicó en la definición y los penales parecían volver el tiempo atrás, a aquél partido ante Uruguay donde los doce pasos dejaron a la Albiceleste de Batista sin nada, en casa.
Cuatro años más tarde, el plantel que forjó Sabella y hoy conduce Martino parece tener un aura especial. La crisis que estalló en aquella Copa América del 2011 hoy no se percibe y, como con Holanda, los penales también le sonríen.
El abrazo de Carlitos con Messi es una de las muestras, y el festejo final es el de un grupo que sabe lo que quiere, que ha dejado los egos de lado para llevar bien alta la bandera de su país.
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