Era uno de los partidos que más prometía en la previa, pero en el desarrollo sólo se pudo quebrar el cero en los últimos segundos del partido. Bélgica llegó al Mundial engalanado con nombres de primer orden mundial, pero el rendimiento sólo se ha visto a cuenta gotas. Rusia mereció mucho más, sobre todo en el segundo tiempo, pero al fútbol se gana anotando goles y eso es lo que lograron con el último suspiro. Sin dudas que la deuda de los Diablos Rojos es grande, pero igualmente demostró que cuando pone el pie en el acelerador puede lograr grandes cosas. Frente a Rusia lo hizo sólo en los últimos 5 minutos y le rindió frutos. Una oleada de ataques encabezados por Hazard, el joven crack del Chelsea, terminó con el gol de Origi que había ingresado en el segundo tiempo en lugar de Lukaku, que terminó intercambiando palabras y gestos con el entrenador Wilmots. Mira el agónico gol:

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