La carrera de Ángel Di María es digna de un jugador de los más notables en la historia del deporte, supo jugar en los mejores equipos de las principales ligas del mundo, ser figura en ellos, y con su selección ganó tanto una Copa América como una Copa del Mundo. Y si bien este jueves vivió un momento inolvidable en la fiesta de los campeones, no siempre la pasó bien, y también supo tener integridad en los momentos malos.
Uno de los momentos más agridulces de la carrera de Ángel Di María se vivió a mediados del 2014, ya que pasó del Real Madrid al Manchester United, convirtiéndose en uno de los fichajes más caros en la historia de los Diablos Rojos, pero no terminó por cumplir con las expectativas puestas en él, y tuvo uno de los niveles más flojos de toda su carrera en el año que pasó en Old Trafford.
Aún así, durante su fichaje fue agasajado por Chevrolet -en aquel entonces Main Sponsor del United- con un Chevrolet Corvette Stingray, un superdeportivo valuado en más de 50 mil dólares, y que contaba con prestaciones realmente notables.
Bajo su capó se encontraba un motor V8 de 6.2 litros capaz de producir hasta 450 CV de potencia y un torque de 624nm. Con ello, este superdeportivo alcanza los 300 km/h y consigue pasar de 0-100 en apenas 3,8 segundos. Además de contar con un gran agarre gracias a sus neumáticos asimétricos, con 19 pulgadas en el sector frontal, y de 20 pulgadas en la parte trasera.
No obstante, y debido a su flojo rendimiento con la #7 del Manchester United, Ángel Di María reconoció que no era digno de semejante regalo en un momento tan duro del club, y con suma nobleza decidió regresar el regalo que le habían hecho desde marca. Ese fue un año en el que el United finalizó cuarto en la liga y no sumó ningún título, y aunque el gesto de Di María no amainó las críticas de fanáticos y prensa, fue un gran gesto del fideo.
Di María luego pasó al Paris Saint-Germain, donde su historia cambió completamente: recuperó el nivel que supo mostrar como ladero de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, conquistó una gran cantidad de títulos y terminó encontrando su máximo rendimiento de cara a los torneos que lo hicieron una leyenda de la Selección Argentina.