A Boca la victoria por Copa Argentina ante Central Córdoba de Rosario le vino como anillo al dedo por varias razones. Primero y principal, para avanzar de ronda y empezar con el pie derecho la copa que buscará defender al ser el último campeón de la misma, y luego también para traer un poco de calma en lo que fueron 48 horas agitadas por el incidente de la falta de respeto y de disciplina de parte de Agustín Almendra hacia Sebastián Battaglia en el entrenamiento del lunes.
Este escándalo trajo consigo múltiples respuestas y represalias dentro de Boca, tanto del propio entrenador Xeneize como de Darío Benedetto y Toto Salvio desde el plantel, así como también de Jorge Bermúdez como representante de Consejo del Fútbol. De alguien que se esperaba una declaración sobre el asunto, era de Marcos Rojo, ya que además de ser el subcapitán del equipo de la Ribera, también mantiene una gran amistad con el chico que cometió los actos de indisciplina y por eso, el Mundo Boca estaba atento a su postura.
Se supo que lo que opinaba Rojo era la de apoyar al cuerpo técnico y al plantel al marginar y separar a Almendra por la gravedad de sus actos, además de haberse sentido decepcionado por lo hecho por su amigo. Por eso, llamó la atención lo que sucedió en el Mario Alberto Kempes cuando, apenas culminó el partido por Copa Argentina, el defensor se fue hacia el vestuario en lugar de festejar con sus compañeros.
En el duelo ante Central Córdoba de Rosario, Rojo integró el banco de suplentes y no vio minutos, pero cuando el árbitro pitó el final, todos los del banco salieron a la cancha a festejar con el plantel, menos el ex Estudiantes. Sin embargo, lejos de haber sido ésto por un motivo de polémica, fue más natural y hasta gracioso.
Resulta que, según confirmó TyC Sports, Marcos Rojo corrió hacia el vestuario porque no podía contener más las ganas de ir a orinar. Por eso, con el pitazo final, el defensor metió un pique hacia el baño del vestuario.