“Fuimos al Dakar sin saber cuánto duraba la batería, sin saber si íbamos a terminar una etapa. Fuimos crudos al Dakar”

Los sueños están para cumplirse. Pero uno nunca sabe cuándo puede llegar esa oportunidad, a veces lleva años y años, y en otras ocasiones, uno se la encuentra cuando menos se la espera. Lo importante es tomar esa oportunidad con ambas manos y sacarle el máximo provecho. Y eso es lo que hizo Benjamín Pascual, que con 19 años se enfrentó a un inédito desafío en el Rally Dakar 2025.

El de Villa Dolores, Córdoba, recibió una gran cantidad de condecoraciones al regresar a la Argentina, y no es para menos, fue uno de los más jóvenes en animarse al desafío y lo hizo en una categoría nueva para la competición, la Mission 1000. ‘Benja’ recibió el llamado de Segway y fue uno de los encargados de probar el rendimiento de una moto eléctrica en el máximo desafío.

Luego de su participación en Arabia Saudita, Benja dialogó con BOLAVIP y contó detalles inéditos de lo que fue su primera gran aventura, a la cual llegó sin tener idea si iba a poder terminar una etapa y que terminó completando, consagrándose campeón en la categoría Mission 1000 (Moto) y obteniendo el tercer puesto en la clasificación general.

Benja Pascual completó su primer Dakar con 19 años.

El sueño del Dakar arranca desde muy chico, antes de los 12, cuando mi papá [Pablo Pascual] empezó a correrlo, todavía se corría en Argentina. Fueron muchos años que lo vi correr, competir, hacer la hoja de ruta y todo lo que conlleva un Dakar”, cuenta Benja. “Lo seguimos con un vehículo, haciendo de asistentes. Eso me marcó de muy chico y me motivó a seguir sus pasos“, detalló.

-¿Cómo se dio tu salto al Dakar? ¿Por qué decidiste correr con 19 años?

-Yo vengo del motocross y venía esquivando esto de meterme al Rally, porque tengo 19 años. Mi idea era seguir en el motocross y en unos años pensar en el Rally. Pero se dio la oportunidad y no pude decir que no. Estaba corriendo en Estados Unidos y nos llamó la gente de Segway y nos hizo la propuesta. No había mucho tiempo, entre mi papá y mi hermano, que también corre Enduro, me ayudaron y enseñaron varias cosas. Tenía que aprender a navegar, entender cómo correr este tipo de carreras y luego ponerlo en práctica. Y no había mucho tiempo, viajamos a China y en tres meses teníamos que estar en el Dakar.

Salió al Dakar prácticamente sin probar la moto.

-¿Cómo fue tu experiencia en este Dakar, tu primero como piloto, y siendo tan joven con respecto al resto de los corredores?

-Es muy lindo poder correr un Dakar con 19 años, vivir todo lo que es el evento, disfrutar del ambiente. Pero, a la vez es muy complicado, yo en el Motocross corro a fondo, voy 100%, y acá tenés que estar mucho tiempo más arriba de la moto, tenés que navegar, pensar y estar calmo. En la categoría que corría yo, si no administrés bien, si no hacés bien los cálculos, se te queda sin batería la moto y se terminó el Dakar. Por suerte pude ser prolijo y hacer las cosas bien. Me tocó compartir mucho tiempo con gente muy experimentada, con corredores que hace más de 30 años que participan en el Dakar. Incluso en algún momento me felicitaron y me dijeron que siguieron mi huella para encontrar el camino, son cosas que te llenan. Ver los equipos, la mecánica de los equipos oficiales, como trabajan. Uno está ahí, con ese sueño constante de algún día poder ser parte de esos equipos.

-¿Qué momentos o experiencias te quedaron grabados del Dakar?

-La realidad es que mi primer contacto con la moto eléctrica fue en noviembre pasado cuando fuimos a China, pero no pudimos probarla, no hicimos tests. Fuimos al Dakar sin saber cuánto duraba la batería, sin saber si íbamos a terminar una etapa. Fuimos crudos al Dakar. El día del prólogo ayudó mucho, tardamos cinco horas en armar la moto, que hubo que desarmarla para poder viajar, y luego volver a armarla. Tuvimos problemas cuando la armamos, la mía y la de otro competidor no andaban, hubo que arreglarlas y no pudimos prácticamente cargarlas. Salimos al prólogo con 60% de batería, 28km. Terminé con 19% de batería. Hice 20km más hasta la puerta del vivac y la moto se apagó. En 48km nos quedamos sin batería. Tuve que cambiar todo mi estilo a partir de ese prólogo, conocer cómo se comportaba la moto, lo que gastaba de batería, administrarla, esa fue nuestra única prueba antes de salir a correr el Dakar, propiamente dicho.

La Mission 1000, el desafío al que se enfrentó Benja Pascual

El programa Dakar Future, que echó a rodar en la edición 2021, tiene por objetivo impulsar el uso de energías alternativas en el rally. El reto de la Mission 1000 era completar un recorrido alternativo al Rally Dakar original con una moto eléctrica, un prototipo desarrollado para la competición.

Campeón de la Mission 1000 en Moto y pensando en la próxima edición.

“La Mission 1000 tiene un recorrido diferente al Dakar normal, porque la moto no pasa de 115, 120km de autonomía y tarda 5 horas en cargarse“, explica Benja Pascual. “Así y todo no llegaba bien, tuvimos que modificar el consumo de amperios hasta en el modo económico para llegar a terminar las etapas. Con eso, igual, íbamos a 100, 120km/h”.

-¿Cuál fue el momento más duro que te tocó atravesar?

-Lo tengo claro, la etapa más complicada fue una en la que me equivoqué el camino, me metí 500 metros por unas montañas y cuando quise dar la vuelta me tiré por el cauce de un río y la moto se me quedó atrapada entre 2 piedras. La moto pesa 240kg, 100kg más que las motos normales del Dakar, y se encajonó. No la podía sacar, yo tironeaba de todos lados y no se movía ni un centímetro, parecía atornillada a la piedra. Estaba desesperado, llegué a pensar en llamar para que me vuelvan a buscar. Por ahí no iba a pasar nadie, no podía entrar nada más que una moto y no era ni el camino correcto. Ahí se terminaba mi Dakar. Sinceramente, no sé de donde saqué las fuerzas, pero volvía a intentarlo y logré destrabar la moto de adelante, pasarla por arriba de una piedra. Eso fue apenas la mitad, después tuve que hacer lo mismo con la otra parte de la moto. Ahí me volvió el alma al cuerpo y pude volver a la carrera.

– ¿Qué balance haces de tu experiencia en el Dakar?

-El Dakar en Argentina era diferente, con mucho fanatismo de la gente, fueron años muy lindos que recuerdo, acompañando a mi papá y disfrutando de lo que era el Dakar. Pero estar ahora, como piloto, es diferente, es muy lindo poder vivirlo desde este lugar, y quiero seguir haciéndolo.