Para muchos futbolistas, enfrentarse al Real Madrid en Champions League es un sueño, un recuerdo imborrable. Para unos pocos, sin embargo, es otra historia. Es el caso de un viejo conocido del fútbol ruso, tan polémico capaz de marcar diferencias con un toque de magia: Andrei Arshavin, quien fuera de las canchas volvió a hacer una de las suyas para calendar un duelo histórico.
El martes, cuando el Real Madrid visite al Kairat Almaty de Kasazjiztán por la Champions League, se vivirá un duelo histórico y disparejo. Por un lado, el único participante que se encuentra jugando su primera vez la competencia. Por el otro, el máximo ganador del torneo. En medio de esta disparidad, Arshavin tomó protagonismo. Aunque no como jugador, sino como viejo conocido del humilde club y como antimadridista de pura cepa.
El ex volante ofensivo que brilló en Zenit y Arsenal colgó los botines en 2018 con el Kairat, a los 37 años, tras dos años y medio. En sus 108 partidos con el equipo dejó 30 goles y 37 asistencias, además de una Liga y una Supercopa. Pero sobre todo, se ganó el corazón de la hinchada y quedó vinculado eternamente con la institución. No obstante, nunca traicionó a su pasión por el Barcelona. Y menos en este contexto.
Para Arshavin, ver al Kairat enfrentarse al Merengue es mucho más que un partido. Su historia con el club blanco está marcada por el rechazo absoluto. “No jugaría en el Madrid ni por todo el dinero del mundo”, expresó en 2011 ante un supuesto interés de la Casa Blanca por ficharlo.
Desde entonces, su odio al club quedó patentado y se convirtió en un sello de identidad. Y ahora, con la ilusión puesta en la heroice del Kairat, calentó la previa del partido. “Cada derrota del Real Madrid es como un bálsamo para mi corazón”, sostuvo ante la agencia EFE tras ser consultado sobre un pronóstico en el partido. Claro, no solo alentará por su equipo, sino también por un sentimiento profundo que mezcla rivalidad histórica y afecto blaugrana.
La carrera de Arshavin
Andrei Arshavin llegó a colocarse en el centro del fútbol europeo gracias a su habilidad única con el balón y su carácter inconfundible. Leyenda del Zenit de San Petersburgo, donde en 2008 ganó la Copa de la UEFA junto la Supercopa y se consolidó como uno de los mediapuntas más imprevisibles del continente, el ruso combinaba técnica y un gran instinto goleador.
Con su talento llevó a Rusia a las semifinales de la Eurocopa 2008, desempeño que lo llevó a fichar por el Arsenal de Wenger, donde también dejó huella, con actuaciones memorables como aquel póker en Anfield para igualar 4-4 con Liverpool.
Pero Arshavin no solo brilló por su fútbol, sino también por su personalidad polémica y directa. Sus declaraciones y gestos, su amor declarado por el Barcelona y su rechazo absoluto al Real Madrid, lo convirtieron en un personaje que iba más allá del césped. En cada equipo por el que pasó, su impronta se dejó notar: desde su vuelta al Zenit para recuperar su mejor versión hasta su última etapa en el Kairat, donde, aun en horas bajas, marcó diferencias.
