El mundo del fútbol está lleno de grandes momentos que quedan en el recuerdo tanto de los propios protagonistas como también de los fanáticos. Sin embargo, cuando las carreras llegan a su punto final, los jugadores deben realizar prácticamente una vida nueva. Y en ese sentido, muy alejado de las canchas, vamos a repasar la nueva experiencia que vive un recordado futbolista.

Fábio Coentrão era una de las piezas fundamentales de Real Madrid hace poco más de una década. El lateral izquierdo de notable vocación ofensiva conquistó dos UEFA Champions League durante su estadía en el gigante europeo, entre otros tantos títulos que sumó a su palmarés individual. Sin embargo, ahora transita un momento realmente diferente en su vida privada.

Lo cierto es que el nacido en la costa de Portugal, regresó a sus raíces para volver a realizar lo que hacía hace muchos años. Por eso, a buena distancia de los flashes del deporte, ahora se dedica a la pesca y busca revivir aquellas situaciones que lo retrotraen a su infancia y adolescencia. De hecho, se lo puede considerar como un empresario del rubro ya que posee cuatro barcos.

En diálogo con el canal de la televisión portuguesa Empower Brand Channel, Coentrão rompió el silencio luego de pasar un tiempo importante sin apariciones públicas. Sobre el nuevo episodio en el que está inmerso, confesó: “Sabía que el fútbol un día acabaría y que debería tomar una nueva dirección en mi vida. Mi felicidad es la embarcación y esta es la vida que quiero llevar“.

En la misma línea que lo mencionado anteriormente, el ex futbolista de elite reveló que es una pasión que heredó. “Mi padre tenía un barco, se dedicaba a la pesca y siempre iba con él de pequeño“, contó delante de la cámara del medio. Inmediatamente después, completó la frase con unas palabras que no dejaron lugar a dudas. “Mi vida era el mar: el mar y pescar“, sentenció.

Fábio Coentrão, durante la entrevista con Empower Brand Channel.

Pese a que en la actualidad atraviesa esta nueva experiencia rodeado de agua, algún tiempo atrás supo ser un verdadero protagonista dentro del campo de juego. Fábio hizo su debut como futbolista profesional en 2005 y con apenas 17 años, en Río Ave. Sin embargo, su estadía en el club de su ciudad natal fue demasiado breve, debido a sus enormes condiciones técnicas.

Como no podía ser de otra manera, arribó a Benfica. Aunque salió en condición de préstamo en busca de continuidad en tres ocasiones a CD Nacional, Real Zaragoza y Río Ave, los casi 100 partidos en el gigante portugués le alcanzaron para que Real Madrid desembolse 30 millones de euros para contratar sus servicios que ya empezaban a hacer estragos por todo el continente.

Con el conjunto merengue vivió su mejor etapa. Ganó 9 títulos: cuatro domésticos y cinco internacionales. Entre los más destacados se encuentran dos UEFA Champions League y otro par de Mundial de Clubes. Por el sector izquierdo, fabricó una excelente dupla con Cristiano Ronaldo, con el que también formó una inseparable amistad que iba mucho más allá de las canchas.

En el medio de esa gran época, estuvo cedido en Mónaco durante una temporada y posteriormente emigró a Sporting de Lisboa para regresar a su nación. Su última estadía a nivel clubes no podía ser en otro sitio y por eso regresó a su hogar. Fue así como disputó sus últimos partidos como futbolista profesional con la camiseta de Río Ave, el mismo que lo llevó a la elite.

Cristiano Ronaldo y Fabio Coentrao, durante sus estadías en Real Madrid. (Getty Images)

En el plano internacional, jugó dos Copas del Mundo con la Selección de Portugal. Si bien estuvo ligado al combinado desde las categorías juveniles, se asentó en la Mayor y fue parte de la delegación que disputó los Mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, donde los lusos apenas alcanzaron los octavos de final y fueron eliminados en primera ronda, respectivamente.

Para culminar sus novedosas declaraciones, el ex defensor de la Casablanca cerró con una reflexión. “La vida en el mar no es ninguna vergüenza, como mucha gente piensa. Es un trabajo como otro cualquiera. No solo eso. El mar es precioso y lo necesitamos, tiene que haber gente trabajando aquí y la profesión debe ser respetada como cualquier otra”, completó.