Transcurrían 15 minutos del primer tiempo, donde Argentinos Juniors y Huracán igualaban sin goles en La Paternal. Todo parecía normal, hasta que Nicolás Oroz fue amonestado por el árbitro Pablo Echavarría tras una insólita acción que hacía muchísimo tiempo no se veía.

El mediocampista del Bicho fue a disputar el balón con Rodrigo Echeverría, quien ocupa la misma posición pero en el club de Parque Patricios. Pero en el momento en el que el chileno del Globo se preparó para saltar y así jugar con la cabeza, el ex Racing aprovechó para gritarle, haciéndose pasar por un compañero y así pudiendo ganar la posesión.

Echeverría, lógicamente, se frenó: no iba a dejar que el esférico se perdiera por “pelearse” con un compañero por quien tomara la posesión tras el rechazo del arquero Diego Rodríguez. Y cuando se dio vuelta, se percató que era su rival. Pero ya era tarde para protestar porque el colegiado ya tenía la tarjeta amarilla en la mano.

El reglamento es claro: cuando un futbolista trata de engañar a su adversario con el vocabulario, obligándolo a ceder el balón al escuchar, por ejemplo “mía”, o “voy”, el árbitro principal del partido deberá sancionar con un tiro libre indirecto y se castigará al jugador infractor con la tarjeta amarilla.

Tabla de posiciones de la Liga Profesional 2024