Mientras Atlético de Madrid daba pena contra Paris Saint-Germain o Inter Miami sacaba lo que no muchos pensábamos era un puntito inteligente ante Al Ahly, equipos latinoamericanos varios mostraron de qué estaban hechos. Es que tuvimos una primera fecha de la fase de grupos del Mundial de Clubes espectacular para Sudamérica o bien México.

El Mundial de Clubes avanza y lo hace de una forma muy interesante. La segunda línea europea está sufriendo mucho frente a los representantes latinoamericanos. Tuvimos ejemplos de cómo se recortó la distancia entre ambos equipos, incluso algunos de Champions League.

Un caso claro es el de Boca, que jugó contra un Benfica de una temporada completísima. Fue uno de los dos primeros en la tabla de la liga portuguesa, marcó 84 goles en liga y 16 en Champions. Un equipo que supera los 100 tantos en la temporada y que este mismo año le marcó cuatro a Porto, cuatro a Barcelona y dos a Juventus.

La tarea de Miguel Ángel Russo como nuevo entrenador de Boca, estrenándose en el cargo en su tercer ciclo, es excelente. Acortó la distancia entre un club de Champions con la plantilla Xeneize, la cual tiene carencias importantes. Y lo hizo a base de rigor táctico, concentración, roce competitivo y físico constante. En Europa no están acostumbrados a marcas dobles y una excesiva intensidad. El empate 2-2 fue hasta injusto porque, al menos por un rato largo del encuentro, Boca fue superior.

Otro ejemplo tuvo lugar en Palmeiras vs. Porto. Sí, otro ejemplo de hidalguía sudamericana. De hecho, para muchos, el equipo brasileño es el mejor representante de nuestro continente. Por otro lado, los portugueses no venían del todo bien, pero no deja de ser un equipo muy goleador. En ese contexto, el Verdao fue mejor pese al empate: dominó la pelota, tuvo más remates y también más ocasiones.

Algunos apuntaron a casos como el de Porto o Benfica como que llegaban demasiado cansados en comparación con sus pares sudamericanos. Pero lo cierto es que, analizando los últimos 12 meses, Palmeiras disputó muchos más partidos que Porto y la diferencia enter Benfica y Boca es mínima. Por ello, no sería un argumento válido para justificar el bajo rendimiento.

Por otro lado, el escaso número de partidos que tuvo Urawa Red Diamonds en los últimos tiempos no pareció darle más frescura ante River. De hecho, el equipo de Marcelo Gallardo, aunque tuvo sus dificultades, ganó con sencillez. Es un conjunto que supo superar 3-1 a su rival, mostrando su contundencia y teniendo virtudes marcadas en ciertas posiciones.

Otro caso es el de Inter de Milán contra Rayados de Monterrey que, pese a ser un equipo de primera línea europea, tuvo sus problemas frente al combinado mexicano. Y, si bien el conjunto italiano fue el último finalista de la Champions League contra Paris Saint-Germain, llegó en un momento de transición.

Rayados de Monterrey sorprendió a Inter de Milán.

El resto de Sudamérica también hizo una buena tarea a la hora de acortar las distancias. Por ejemplo, Fluminense empató contra Borussia Dortmund y, aunque este último es un equipo endeble e inofensivo que está de capa caída, la realidad es que es un concurrente habitual de Champions League. Paralelamente, Botafogo y Flamengo lograron superar a sus pares de Seattle Sounders y ES Tunis.

Sin embargo, aunque pudimos emparejar frente a la segunda línea europea, no hay que irse muy arriba. Me parece que estas muestras de rendimiento frente a Paris Saint-Germain, Bayern Munich o Real Madrid parecen otro cantar. Son equipos que están a otro nivel, con planteles mucho más cargados y con andamiajes mucho más aceitados.