Si bien en los papeles Riquelme lo echó a Fernando Gago, la realidad también indica que Pintita se echó solo porque no estuvo a la altura. Perdió las semis de Copa Argentina contra Vélez, después de ir ganando en la serie de manera agónica, quedó afuera de la Libertadores ante Alianza Lima y ahora perdió el Superclásico, contra un Marcelo Gallardo que una vez más es protagonista en el adiós a un técnico de Boca.
Gago llegó a Boca con un proyecto ambicioso: 4-3-3 o 4-2-4. Terminó haciendo un ultradefensivo 5-4-1, al mejor estilo de Gustavo Alfaro. Y bueno, se tuvo que ir porque cavó su propia tumba. Su planteo en el Monumental fue la gota que rebalsó el vaso y lo echaron.
De todas formas, el máximo responsable de todo no es ni Gago, ni los jugadores, ni de Gallardo, quien tiene a Boca como su viagra, tal como me dijo un seguidor de Instagram el otro día. El culpable principal de esto es Juan Román Riquelme. A Román y al Consejo cada vez le duran menos los técnicos.
Russo un año y medio, Battaglia menos de un año, Ibarra ocho meses, Almirón siete meses, Diego Martínez nueve meses y Fernando Gago solo medio año. Ahora, para reemplazar a Pintita, Riquelme pone otra vez a su secretario.
Mariano Herrón tendrá su cuarto ciclo de interinato en Boca y Román sigue comandando el fútbol del club tomando mate con el Chanchi en el palco, sigue eligiendo los refuerzos con el Consejo del Fútbol y no le da lugar a los entrenadores, echa a un entrenador que va líder en el torneo. El colmo de Riquelme.
