Su aparición fue un flash, un soplo de frescura, un sacudón al deporte de elite, una brazada a la esperanza de volver a tener una deportista de primer nivel. Sin embargo, desde aquella aparición en los Juegos Suramericanos de la Juventud de Santiago en 2017nada fue sencillo para Delfina Pignatiello. Y a sus 22 años decidió ponerle fin a su carrera: “Tomé la decisión de dar un paso al costado del alto rendimiento y la competencia”, contó este viernes a través de sus redes sociales.
Sin embargo, aclaró que más allá de su despedida seguirá disfrutando de la natación, algo que comenzó a hacer hace una década: “El deporte forma parte de mi vida desde otro lado, sigo nadando y estar en el agua seguirásiendo siempre mi lugar en el mundo”, contó. Pero ya no más competencia para la talentosa Delfi.
Pignatiello llevaba dos mundiales juveniles y uno de mayores cuando comenzó a sobresalir, con medallas y récords argentinos. En 2017 tuvo un gran año tanto en el Mundial como en los Juegos Suramericanos de la Juventud, siendo abanderada y ganando ocho medallas. Los medios de comunicación se posaron sobre ella en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, luego de alcanzar la medalla de plata en 800 metros (una de sus dos plateadas en esa competición).
Aquella palma de su mano con la leyenda “Abuela” y un corazón, su dedicatoria para su familiar fallecida y sus lágrimas captaron la atención y comenzó un camino al estrellato que le trajo demasiados sinsabores. Muy activa en las redes sociales, comenzaron a aparecer los famosos haters para criticar cada paso que dio, pese a que los resultados la acompañaron: a las medallas en Buenos Aires 2018 le sumó un oro en los Panamericanos 2019 de Lima.
Con Tokio 2020 como objetivo y con una pandemia de por medio que la alejó de la pileta (fue muy criticada por su pedido para que la dejaran entrenar y se la vio hacerlo en condiciones muy especiales), la nadadora de San Isidro fue buscando la vuelta para seguir disfrutando de compartir su vida a sus seguidores pero soportar los comentarios negativos y, también, aprender a lidiar con aquellos que empezaron de depositar las esperanzas de medallas olímpicas sobre su joven espalda.
Y entonces llegaron los Juegos, su debut sin llegar de la mejor manera por el contexto y finalmente terminando la competencia sin medallas. Y allí, dolida por las críticas exageradas, cerró sus cuentas y dejó de realizar vivosen Twitch.
Su siguiente aparición fue en una charla TEDxRiodelaPlata, donde confesó lo mucho que le costó soportar los comentarios negativos:“Después de 9.000 horas de entrenamiento, más de 3.000 zambullidas, cientos de carreras, varias medallas de oro, toco la pared en Tokio 2020 y me doy cuenta de que no hice el tiempo que quería ni terminé en la posición que soñaba y en lo único que pensé en ese momento en qué me iban a decir en las redes sociales ¿Cómo podía ser que lo que más me importara iba a ser la mirada de un montón de personas que no conocía?”.
En el posteo del anuncio de su retiro se la ve feliz, en aquellos momentos en los que disfrutaba de la pileta, de las exigencias, del sueño de competir. Sin embargo, contó que ahora su veta artística (en algún momento había mostrado su talento para el diseño) lo está volcando a la fotografía: “Me compré una cámara de fotos y emprendí un camino artístico el cual estoy explorando con mucha curiosidad, ganas de aprender y seguir creciendo. Me hace muy feliz y me hizo soñar de vuelta”.
Y de la mano de ese nuevo sueño, volvió a alentar a sus seguidores a que busquen su camino, aunque eso implique un cambio drástico como el que ella hizo ahora: “Siempre los alenté a perseguir sus sueños. Hoy agrego: anímense también a patear tableros y arrancar un nuevo juego! Elijan siempre su camino de corazón, con amor, valentía y dedicación. Ojalá se conviertan en el niñx que siempre quisieron ser”. Es su camino.