Incluso cuando sigue dejando dudas en el plano futbolístico, River logró el objetivo principal de conseguir una victoria en su estreno en una nueva edición de la Copa Libertadores, que toma todavía mayor valor por haberlo hecho en condición de visitante y después de un viaje incómodo, con escala en Colombia, hasta territorio venezolano.
Tras un primer tiempo que terminó igualado sin goles en casa del Deportivo Táchira, el equipo que conduce Martín Demichelis encontró respuestas en ataque con el ingreso de Claudio Echeverri y rompió la paridad con un gol casi de casualidad de Sebastián Boselli a los 72 minutos, porque el uruguayo fue a disputar una pelota que terminó impactando en su rostro y metiéndose sin dar opción a la respuesta del arquero Alejandro Araque.
El tanto que liquidó las acciones fue todo lo contrario, una perla de Nicolás Fonseca que remató desde 35 metros, con dirección y potencia suficiente para volver a vulnerar la resistencia del custodio del arco venezolano. Así, con gran oportunismo en los segundos 45 minutos, en los que tuvo opciones para que la diferencia fuese aún mayor, El Millonario se desembarazó de un partido que se le había hecho tan cuesta arriba que el propio Demichelis dijo luego en conferencia de prensa que difícilmente los otros dos integrantes del grupo puedan sumar allí.
El Efecto Echeverri
Clave para cambiar la pálida imagen que había dejado el equipo en la primera mitad fue el ingreso al terreno de juego de Claudio Echeverri, a los 67 minutos en reemplazo de Ignacio Fernández. El Diablito no solo desequilibró desde la gambeta, proponiendo uno contra uno, sino que además encontró sociedades que el resto de los interpretes no había podido consumar con anterioridad.
Tan trascendente fue su ingreso que el entrenador fue invitado a explicar en conferencia de prensa por qué había decidido que esperara su oportunidad en el banco de suplentes. “Tengo un plantel tan bueno que siempre que ponga 11 van a protestar por qué uno no jugó, u otro está en el banco o no entró. Como iniciamos, poner a Echeverri al lado un 5 no es conveniente. Tampoco por afuera”, argumentó.
Y agregó: “La Copa es muy difícil sobre todo el primer partido. Necesitás personalidad, inteligencia y líderes. Nacho (quien dejó su lugar para el ingreso del Diablito) es uno de ellos. Nos ayuda en un montón de cosas y nos hace mejores. Veníamos de dos derrotas y no era fácil salir a jugar. Hay que saber jugarlo. Cuando entró Echeverri lo hizo bien y me quedo con eso. Hoy River dio un buen paso hacia adelante”.
La valoración de Demichelis
El entrenador también hizo su primer análisis general del encuentro y dio gran importancia a la victoria en el debut, que dará tranquilidad para trabajar en adelante en corregir las formas. “Desde el primer minuto estuvimos en partido y bien posicionados. Eso es lo que nos venía faltando. Estuvimos siempre muy enfocados en lo que queríamos hacer. Desaprovechamos las primeras claras y después nos costó un poco más, pero nunca dejamos de estar en partido. La Copa, el inicio y de visitante, no es fácil. Dimos el primer paso muy bien, no se si los rivales ganarán acá”, dijo.
La exigencia de Fonseca
Pese a la victoria de River y a su golazo en Venezuela, Nicolás Fonseca se mostró muy exigente en torno a lo que demanda la institución Millonaria. Y lo dejó en claro después del resultado ante Deportivo Táchira. “En esta institución es una obligación ganar. Incluso ganar, gustar y golear. Nosotros estamos enfocados partido a partido, paso a paso, trabajando para mejorar todos los días e ir por nuestros objetivos”.
Closs, duro con Demichelis
En su programa en ESPN, el reconocido relator argentino fue categórico criticando la decisiones tomadas por el director técnico de River. “River me tiene acostumbrado a otra cosa. Tiene que jugar alguien que organice el ataque, un Pablo Aimar, un De La Cruz. Ayer tenía a Echeverri en el banco, a Lanzini en el banco, a Barco en el banco. Necesitás jugadores de esas características para este tipo de partidos. Los buenos y los que tienen fútbol tienen que jugar”.