A lo largo de su historia, el tenis español supo tener extraordinarios representantes. En la rama masculina, fueron gigantes en su época tanto Andrés Gimeno o Manuel Santana, mientras que más acá en el tiempo se destacaron Rafael Nadal, Carlos Moyá o Juan Carlos Ferrero por poner algunos ejemplos. En cuanto a las mujeres, fueron muy importantes tenistas como Arantxa Sánchez Vicario o Conchita Martínez, pero en la última década la que dejó su huella marcada a fuego fue Garbiñe Muguruza.
Primeros años en Venezuela y mudanza a España
Garbiñe Muguruza nació en Caracas, Venezuela, el 8 de octubre de 1993. Hija del español José Antonio Muguruza y la venezolana Scarlet Blanco, Garbi se acercó al tenis -deporte que practicaban sus dos hermanos mayores- a sus tres años y desde chica mostró condiciones.
Así fue que para el año 2000, la familia Muguruza decidió radicarse en España, más precisamente en Barcelona. Allí, Garbiñe inició su camino en la academia de Sergi Bruguera, ex tenista español que se destacó en los 90. Para 2012 comenzó a jugar sus primeros torneos a nivel WTA y demostró sus condiciones. Obtuvo victorias importantes que la ubicaron en el mapa.
Roland Garros, Wimbledon y número 1 del mundo
Una de las principales características de Garbiñe Muguruza fue que se supo adaptar muy bien a todas las superficies. Sus primeros títulos fueron en canchas duras entre 2014 y 2015, pero su primera gran conquista fue en Roland Garros 2016, certamen en el que derrotó en la final a Serena Williams. Un año más tarde fue campeona de Wimbledon al superar en el duelo definitorio a Venus Williams. Para septiembre de ese 2017 tocó el cielo con las manos al llegar al puesto número 1 del ranking de la WTA.
Altibajos, año sabático y retirada a los 30 años
Una vez que alcanzó el número 1 del ranking, Muguruza se mantuvo en buen nivel un tiempo más, de hecho, fue campeona en Cincinnati en 2017 y también ganó en Monterrey tanto en 2018 como en 2019, pero la realidad es que ese año sintió por primera vez que era tiempo de parar, fue tras caer en primera ronda de Wimbledon. Estuvo un mes alejada del circuito y regresó para el tramo final del año.
En 2020 no se consagró en ningún torneo, aunque fue finalista del Abierto de Australia, pero todo cambiaría en 2021, cuando relanzó su carrera y fue campeona en Dubái, Chicago y también en el WTA Finals, en lo que fue su última gran conquista. En 2022 tampoco ganó títulos y en 2023 tuvo un difícil comienzo de año: cayó en la primera ronda del Abierto de Australia y unas semanas más tarde caería ante Noskova en Lyon.
Esa derrota la llevó a tomarse un año sabático: “He ido tomando esta decisión poco a poco, han sido claves estos meses de descanso. Lo recibí con los brazos abiertos. Me sentía mejor y mejor y no echaba en falta la disciplina de la vida que llevaba antes. No ha sido en un día. Me he dado cuenta de que quería mirar mi siguiente capítulo y no tanto la raqueta”. Ese año sabático terminó siendo definitivo ya que en abril de 2024 anunció su retiro oficial de la actividad profesional a sus 30 años.
El consejo a Rafael Nadal
Si bien dejó el tenis, Garbiñe Muguruza sigue siendo invitada a eventos y también es una voz consultada. Sin ir más lejos, en septiembre de 2024, cuando Rafael Nadal estaba analizando su retiro, Garbi le dio un consejo en base a su experiencia personal: “Yo estaba totalmente preparada. La vida me estaba mandando señales físicas y yo estaba deseando llegar ya al próximo capítulo”.
Además, agregó: “Nadal también está muy preparado. Su cuerpo, su mente, todo… ¡Es hora de disfrutar también de su hijo! Lo veo sonriendo todo el tiempo con su bebé y yo pienso: ‘¿Por qué sigues en la pista? Vete a casa, coge el barco, vete a Mallorca‘. Creo que lo dio absolutamente todo”.
