No fue Juan Román Riquelme ni Jorge Amor Ameal. Los dirigentes de Boca no tuvieron nada que ver en la contratación de Sergio Romero, quien fue presentado en la sala de prensa del estadio Alberto J. Armando tras aceptar el contrato y realizarse la revisión médica. Y así lo sentenció el propio futbolista.

Tras disputar la última temporada en Italia, donde descendió con Venezia, Chiquito retorna al fútbol argentino después de haberse marchado en 2007 para defender los colores de AZ Alkmaar. Y con un contrato que lo unirá al Xeneize hasta diciembre de 2024, el ex Manchester United confesó quién lo convenció de arribar.

En Inglaterra, y durante mucho tiempo, compartió el plantel con Marcos Rojo, que hoy es líder y capitán del equipo que dirige Hugo Ibarra. Y fue el propio defensor quien le insistió al misionero para ponerse el buzo de arquero del club de La Ribera. "Siempre hablo con él. Desde el día que vino a Boca me está quemando la cabeza para que venga. Es la realidad", expresó entre risas. A lo que añadió: "Somos muy amigos, tuvimos una gran relación en la Selección Argentina y el Manchester United".

Además de la gran revelación que hizo, Romero explicó que "sabía los objetivos del club y las posibilidades desde que Riquelme me llamó hace tres días. La verdad, no sabía más que eso. A partir de mañana, me voy a meter de lleno en lo que es el mundo Boca para tratar de aportar y sumar".