Jorge Almirón es un hombre de trabajo. En su llegada a Boca como entrenador, no tardó en hacérselo saber al plantel para poder exigirle a cada futbolista ese mismo compromiso. Tras el triunfo en Chile ante Colo Colo por Copa Libertadores, muchos de esos jugadores reconocieron que el trabajo por fin estaba comenzando a plasmarse en cancha y dar sus frutos.
Con ese impulso anímico que se derivó de dos victorias importantes por el propio peso del nombre de los rivales, ya que en la previa venía de vencer con autoridad al Racing de Fernando Gago, el Xeneize llegará al Monumental este domingo para enfrentarse a River en una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino.
Jorge Almirón es un hombre de trabajo. Sí. Pero también es un hombre de fe. La prueba es una foto que se viralizó en las redes sociales a días de la disputa del Superclásico, en la que se lo puede ver vestido con el conjunto de entrenamiento de Boca en la Basílica de Luján, arrodillado y rezando.
La foto, en realidad, había sido tomada el sábado previo al duelo contra Racing y a juzgar por los resultados posteriores las oraciones del director técnico Xeneize surtieron efecto; al punto que por lo que sucedió en los últimos 10 días parecería ser Boca quien llega con mejor actualidad que River al cara cara.
Almirón ya ultima detalles para el Superclásico, aunque todavía no habría terminado de definir el esquema que utilizará para hacer frente a los dirigidos por Martín Demichelis. Esto dependerá especialmente de si podrá o no contar con algunos futbolistas a los que esperará hasta último momento, como es el caso del colombiano Frank Fabra.