En los últimos partidos la atmósfera en River Plate ha cambiado y muchos jugadores han pasado a ser objeto de silbidos y murmullos. En charla con Bolavip, el psicólogo deportivo Claudio Vasalo (matrícula N°3635) analizó cómo esto afecta a los jugadores, los trabajos que se pueden realizar y cómo las distintas personalidades reaccionen ante estos ambientes.
-En las últimas semanas las hinchadas de los equipos tienen reprobación para sus jugadores con cánticos o silbidos, ¿cómo maneja esas situaciones un deportista?
-Técnicamente hay dos formas de abordarlos. Tenés que trabajar para que no afecte la concentración, algo que los jugadores experimentados lo hacen con mayor facilidad. Es algo que no se puede simular en un entrenamiento, pero como entrenador se tiene que trabajar mucho en esa instancia del partido para que los jugadores se concentren en lo que están haciendo y como que no escuchen lo de afuera. Y por otro lado, en la previa del partido, anticiparse a lo que puede suceder. Si el partido se pone difícil, si el rival saca ventaja… La función del entrenador son dos: anticipación y direccionamiento. Vos le tenés que mostrar al jugador con qué se va a encontrar y qué debe hacer ante eso. Ese es un momento donde los más grandes del equipo tienen que hablar más porque probablemente se vean afectados los más chicos, porque tienen menos experiencia ante situaciones adversas.
-El otro día en la cancha de River sucedió que varios jugadores fueron silbados antes de que arranque del partido. ¿Cómo influye eso?
-No es que a todos les influye de la misma manera, depende mucho de la personalidad y eso está ligado a factores desde genéticos y hasta histórico-familiares. Entonces te encontrás con algunos jugadores que si son silbados, pueden llegar a tener el deseo de no jugar porque esa presión los agobia. Pero también hay otros, por ahí los más grandes, que cuando el entorno social es hostil, juegan bárbaro. Nosotros trabajamos con un entrenador que nos contaba, ‘Tengo un jugador que cuando lo insultan en el calentamiento me quedo tranquilo, sé que ganamos el partido porque este jugador me lo hace ganar, es cuando mejor se siente’. Por eso depende de la personalidad del deportista.
-¿El futbolista puede cambiar de personalidad? ¿Se puede trabajar eso?
-Desde la ciencia te dicen que sí, que podés potenciar habilidades sobre cómo enfrentar el estrés. Mi experiencia me dice que eso sucede pero que en estos entornos es muy complejo. Es muy difícil cambiar.
-¿Te ha pasado de encontrarte con jugadores que te digan que no aguantan más?
-Cada vez se da más con entrenadores. El exitismo y la inmediatez. Estamos ante un ratito que lo insulten a Gallardo, alguien que supuestamente es el mejor o uno de los mejores de la historia del club. Ahora prácticamente la inmediatez genera conductas que son muy difíciles de entender. Si vos sentás en una tribuna a una persona que no sabe nada de fútbol y le decís “en el minuto 40 a un equipo lo insultaron y en el 41 lo alentaban porque hizo el gol”, es muy difícil de entender. Es algo tan hostil. En el caso de River, ahora no está jugando bien, pero parece ser que la expectativa es todo o nada. Y si no es todo, es nada. Para ir con ejemplo de River, si no gana, gusta y golea, parece que no es nada, todo es un desastre y todo está mal. Esto lo ejemplifico con tecla o perilla. El fanatismo es una tecla: prendido o apagado. Pero en la evolución, es lo racional, lo progresivo, los niveles son una perilla.
-¿Se trabaja de la misma manera en un club grande que en uno chico?
-Sí, es lo mismo. El exitismo hace que haya urgencia todo el tiempo. Nos llevó a nosotros como argentinos descubrir en la final contra Francia que Messi era buen jugador. Hasta ese entonce había dudas. ¿Me entendés lo extremo que es?. El deportista profesional aprende a convivir con esto.
-¿Pero se trabaja distinto en River y Boca que en otros equipos más chicos?
-Seguramente, pero cuando vos peleás descenso hay más sangre eh. No peleás en un extremo del torneo, sino en otro y también es muy extremo porque las consecuencias son más bravas. El estrés se da cuando uno percibe que no va a poder con lo que tiene en frente y las consecuencias son catastróficas.
-¿Cómo trabaja un psicólogo con un jugador como Miguel Borja, por ejemplo, que siendo goleador no está haciendo goles y se habla siempre de eso?
-Nosotros trabajamos para que las emociones y los pensamientos no inhiban el rendimiento y lo potencien. Entonces, no estás haciendo goles, vayamos a lo técnico, nada más que eso, porque es un jugador que ya ha demostrado ejercer el rol que le toca. A veces en el alto rendimiento, cuando tenés jugadores que ya tienen incorporada la habilidad, hay que ir desdramatizando. Y sí hacer que no se desesperen porque ante la desesperación se deteriora la ejecución. Empiezan a hacer cosas que no saben hacer, o corren por cualquier lugar y demás. Hay que ejecutar el rol profesionalmente, hacer tu libreto y que los pensamientos y las emociones no te desesperen.
-¿Cuán presente está la psicología en el deporte argentino?
-Afortunadamente cada vez más. Es importante, aunque por si sola la psicología no puede hacer nada si un jugador no tiene la destreza física, fuerza y habilidad. Pero con todo eso y mentalmente estás enfocado en lo que tenés que hacer, aparece el alto rendimiento. Nosotros trabajamos para que el jugador, todo lo que tiene, lo ponga al servicio de la competencia.
-¿Cómo es el trabajo del psicólogo con un futbolista? Explícalo gráficamente.
-Depende si sos parte del staff técnico o no. Si sos parte, formás parte de los entrenamientos y entonces planificás sesiones, planificás la carga de estrés y cómo se tienen que adaptar a ese estrés. Ahí les informás a los jugadores cómo adaptarse haciendo esto y esto. Y en función del entrenamiento, del que logró mas o menos adaptación, lo trabajás individualmente. El estrés en las prácticas se logra con la complejidad de los ejercicios, la duración y la intensidad. Eso lo podés planificar y ver quiénes se adaptan. Si no, el deportista particular te visita y vos lo ayudás a revisar por qué está así. De acuerdo a como pensamos, sentimos y de acuerdo cómo sentimos, actuamos. Cuando uno no se adapta, es porque el deportista está pasado de vuelta de la cabeza y no piensa bien o piensa con valoraciones del estilo “me va a salir bien o mal, con esto la rompo o soy un desastre”. Y ninguno de esos pensamientos sirven para ejecutar una acción en el campo de juego. Vos tenés que pensar técnicamente cuando estás compitiendo.
-Cuando un futbolista va a hablar con el psicólogo, ¿muchas veces plantea lo que pasa adentro de la cancha o cada vez hay más casos de problemas extrafutbolísticos que lo afectan?
-Existen muchas cosas. Pero en general es para trabajar lo que pasa adentro de la cancha. Cuando pasa algo por fuera, en función de los niveles de dificultad vemos si lo abordamos o si lo derivamos a un especialista. Nosotros nos dedicamos al rendimiento, no a la salud.
-¿Cuánto influye la fama, las redes sociales, el dinero, las mujeres en todo esto?
-Para mí, los buenos buenos son aquellos que deciden ser mejores antes que famosos. Por eso vos te vas a encontrar con muchos deportistas individuales en la Argentina que son Top 10 en su deporte y como el deporte es amateur, no tienen tanto efecto de audiencia. El efecto de audiencia, las redes sociales, los comentarios y demás le meten al deportista que no está maduro en la cabeza muchos ruidos que lo desenfocan, los provocan, se ponen a ver cuántos like tienen, los comentarios… Y todo eso es trascendencia en lo que uno hace y por eso el existimo genera mucha ansiedad social, es decir, preocupación sobre lo que el resto piensa de mi. Y uno tiene que estar enfocado en lo que uno hace. Hay que ayudar al deportista a que entienda que esto es un proceso, pero que hay días en que las cosas no salen del todo bien y que es muy importante realizar determinados ejercicios y pensar de determinada manera para adaptarse al estrés. El estrés competitivo afecta a todos.
-¿Cómo ves a Gallardo? Sobre su postura sobre todo, en comparación con su otro ciclo.
-Esto es más opinología y creo que recortamos toda la realidad y la editamos. En el anterior proceso hubo muchos Gallardo, no fue siempre el ismo con la misma energía. Entonces hoy se recorta una foto para comparar con otra foto y sacar una conclusión. A mi me parece que es un entrenador que ejerce influencia positiva sobre su equipo, porque claramente se que el equipo tiene un rendimiento competitivo. Seguramente deberá madurar algunas habilidades colectivas e individuales para que rindan mejor, sin duda, pero se ve claramente en los jugadores que están en River o los que se van, cómo saludan al entrenador y cómo lo abrazan, eso un DT que es distante y lejano no lo consigue.
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