Pasaron 14 años desde que Jasper Gronkjaer colgó los botines. El danés incursionó primero como comentarista para mantenerse ligado a la actividad que tanto le dio en su carrera, pero su salud mental lo obligó a cambiar de rumbo drásticamente.
El nacido en Groenlandia, hoy de 48 años, se animó a contar aquel infierno en una entrevista con Ajax, uno de los clubes más importantes que supo representar. Desde la felicidad de su actualidad, dio detalles de los momentos que debió superar para posicionarse en esta nueva etapa.
Gronkjaer, que también supo vestir la camiseta de Atlético de Madrid, es especialmente recordado en Chelsea por aportar un gol que marcó un antes y un después. En un mano a mano ante Liverpool, el danés les dio la clasificación a la Champions League a los Blues cuando aún no eran potencia del fútbol inglés.
El boleto al gran certamen europeo atrajo a Roman Abramovich como nuevo propietario y sus imponentes inversiones hicieron crecer a Chelsea, llevándolo incluso a la conquista de la Orejona poco después. Es por eso que en Inglaterra recuerdan aquella jugada como ‘el gol de las mil millones de libras‘.
Poco a poco, los flashes se fueron apagando para salir del campo, aunque continuó relacionado al fútbol. Incursionó como comentarista en transmisiones, pero una fuerte depresión lo obligó a dejar esta actividad para enfocarse en su recuperación.
“En agosto de 2016 fui a urgencias con un dolor de cabeza demasiado fuerte, me ingresaron buscando qué me ocurría, pero no encontraban nada. Estuve 14 días sin dormir. Igual me dormía 45 minutos y me despertaba. Tuve que decirle a mi mujer que necesitaba ayuda, así no podía seguir. Y es la mejor decisión que pude tomar, porque ahora estoy aquí, curado”, relató Gronkjaer, que también sufrió pérdida de cabello, fatiga y sarpullidos, entre otros síntomas.
Y luego contó cómo logró salir de ese mal momento: “Estuve en tratamiento con medicación antidepresiva. Pero el agujero era tan profundo que tuve que internarme”.
El renacer de Jasper Gronkjaer lejos del fútbol
“Sigo siendo yo mismo, pero en otra edición. Ha cambiado mi vida. Tengo otras prioridades. Me siento muy bien ahora mismo. Tengo una buena vida y estoy muy alejado del mundo del fútbol”, explicó el danés, que se siente mejor, recibió el alta y hasta compartió en sus redes sociales que ya no necesita de la medicación para afrontar el día a día.
“Quería probar algo nuevo y ahora me dedico a construir y renovar apartamentos. Es completamente diferente a lo que hacía antes. Disfruto del tiempo libre que tengo. No era un problema cuando era jugador, pero ahora mis días no están planificados hasta el último minuto”, resaltó el ex de la Selección de Dinamarca, con quienes jugó los Mundiales 2002 y 2010.

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