Imagínese una ciudad, un pueblo de Argentina con 30 mil habitantes. Baradero, Lincoln, Salto, Pehuajó, Villa Regina o Cruz del Eje. Ahora, que en el equipo del pueblo solo pueden jugar los allí nacidos y que sus mejores representantes, trabajadores todos ellos, tengan que salir a la cancha y hacer frente a la Francia de Mbappé, la Inglaterra de Bellingham, la España de Rodri e incluso la Noruega de Haaland.

A decir verdad, el marplatense Gastón Robba no lo había pensado así hasta que llegó a San Marino, para muchos el peor país del mundo futbolísticamente hablando. Sí había escuchado de las derrotas catastróficas de aquella selección. No mucho más. Ni siquiera eligió que fuera ese su destino cuando tras defender la camiseta de tres clubes diferentes en Bariloche, se envalentonó con salir a probar suerte en Europa.

“En 2021 había jugado el Torneo Regional Amateur en Bariloche y como yo tenía la posibilidad de hacer la ciudadanía, siempre estuvo la idea de salir. Hablé con compañeros, porque varios se vinieron a jugar en Europa, en Italia. Uno de ellos, con el que hice inferiores, estaba cerca de Bologna en un equipo. Hablé con él, me pasó el contacto del intermediario que lo llevó allá, un venezolano que laburaba con un representante italiano. Se dio la posibilidad de ir a un club de la Eccellenza que estaba peleando el descenso. Se comunicaron conmigo, lo único que tenía que hacer era pagarme el viaje. Me vino justo, porque mi idea era cambiar de aire, hacer la ciudadanía y probar la experiencia en Europa. A principios de 2022 me vine para Italia, le contó a Bolavip el defensor de 29 años.

Pero el jugador que hizo inferiores en Argentino de Quilmes, ciudad en la que desde los 6 años se había radicado con su familia, no llegó a jugar ni un partido en el equipo en cuestión. Los trámites para obtener la ciudadanía eran mucho más complejos de lo que esperaba. Aquellos tiempos burocráticos no eran los del club que seis meses después, sin siquiera poder utilizarlo, terminó descendiendo.

No es todo tan fácil. Me llevé un lindo garrón. Me vine para Rimini, que está a 20 kilómetros de San Marino. Llegué a jugar dos partidos en otro club, pero se hicieron mal los papeles, no se pidió el transfer y todas esas cosas. Me suspendieron en Italia por seis meses, por eso tuve que optar por San Marino que me queda cerca y que es otra Federación, un país distinto”, explicó Gastón Robba sobre el arribo no planificado a la Liga Sanmarinense.

En su momento, también tuve que conseguir laburo. Acá en Rimini, que es una ciudad turística, de playa, en verano se consiguen laburos en negro, igual que en Argentina. Conseguí un laburito en un restaurante, cuatro meses, todo el verano, y ahí me pude empezar a mantener. Jugar en San Marino, igual que terminar viviendo en Rimini, fue una casualidad. Yo había ido cerca de Bologna y terminé acá. Juego en otro país, en otra Federación, pero que esta solamente a 20 kilómetros de distancia. Me solucionó las cosas, por la suspensión. Fue otra puerta que se abrió. Pude entrar al campeonato sanmarinense y hacerlo bien, por suerte”, agregó.

Con su incorporación a San Giovanni, equipo que finalizó la temporada en la séptima posición logrando la clasificación a los playoffs después de 28 años, Gastón Robba pudo comenzar a conocer al detalle ese fútbol que en otros rincones del mundo solo es motivo de burlas. Los hay buenos, como el perfecto estado de los terrenos de juego, la apuesta por futbolistas extranjeros y el deseo de invertir en pos del crecimiento; y también malos, como la ausencia de divisiones inferiores en los clubes y la poca concurrencia a los estadios.

Lo que se sabe de San Marino es que la selección es un desastre, que no le gana a nadie. Pero la liga en sí es más competitiva, porque tiene muchos extranjeros. En la selección juegan solo los nacidos en San Marino. La liga tiene argentinos, brasileños, italianos, que está lleno. El fútbol es muy técnico, porque son todas canchas sintéticas, no hay de césped natural. Se intenta jugar mucho, siempre por abajo, porque no corrés riesgo de que pique mal ni nada de eso. Todos los equipos intentan salir jugando”, señaló el marplatense.

Actualmente, son 15 los equipos que participan de la Liga Sanmarinense, conocida como Campionato. Pero según Gastón Robba, solo 10 de ellos tienen una estructura profesional, que de todos modos no puede emparentarse con la de clubes de otras ligas europeas. Además, hay en el país un único equipo, Víctor San Marino, que recibió el permiso de la Federación Italiana para participar de sus competiciones y milita actualmente en la Serie D, aunque tiene solo cuatro futbolistas sanmarinenses.

“Hay diez equipos competitivos y el resto ya es un nivel mucho más bajo. El que salió último, por ejemplo, fue un desastre. No se reforzó, no tenía jugadores extranjeros. La diferencia era muy marcada. Esos equipos no son comparables con ninguna categoría del fútbol argentino, más bien con un grupo de amigos que arma equipo. Al no haber descenso, no hay presión. No digo que les de igual, no creo que quieran perder todos los partidos, pero no se calientan mucho. Por ahí un partido que perdiste, entrás al vestuario y ello se lo toman como algo más. Yo me vuelvo loco, estoy triste, no quiero hablar con nadie. Ellos se van al bar a hacer su aperitivo, se cagan de risa. Se lo toman realmente como un juego”, contó el defensor.

Una curiosidad del fútbol sanmarinense es que no entrega cupos a las tres competiciones internacionales que existen en la UEFA a nivel de clubes. El campeón sigue conservando el derecho de participar en las rondas previas de clasificación a la fase de grupos de la Champions League, pero se quitó el cupo para la Europa League y se entregan dos para la Conference, que se deciden en una fase de playoffs a la que clasifican del segundo al noveno clasificado en la temporada regulare del Campionato.

Al evaluar su futuro de cara a una nueva temporada, Gastón Robba dijo que participar de cualquiera de esos torneos es su próximo gran objetivo: “Hice un buen campeonato y me encantaría tener una oportunidad en algunos de los equipos con cupo para entrar a competencias europeas. Sería hermoso vivir esa experiencia, sea Conference o sea Champions”.

Y agregó: “Además, se pueden abrir muchas puertas. Un equipo que te vea, son todos equipos profesionales, así que es una buena vidriera para mostrarse. De hecho, acá en San Marino, los equipos que consiguen esos cupos, intentan traer figuras. Vino el año pasado El Tanque Denis (La Fiorita), en su momento Maicon. Pasaron varios”.

Una oportunidad así también representaría para el futbolista argentino la opción de aspirar a un contrato que le permita vivir solo del fútbol, ya que si bien recibe actualmente una compensación económica por entregarse al San Giovanni, en nada se asemeja a los salarios que se manejan en la amplia mayoría de los clubes europeos.

“Uno quiere mostrarse para jugar profesionalmente, porque acá tenés contratos pero son mínimos. No te sentís tan profesional, porque a la vez tenés otro laburo. Ese es el tema. Es profesional, pero no tenés un sueldo que te permita vivir de esto. De todos modos, ayuda. Plata hay, porque sé de jugadores a los que realmente les pagan bien. A mí no me tocó eso todavía. Estoy cobrando un poco más de la mitad de un sueldo mínimo. Pero es una ayuda. Como jugador de fútbol, es cuando mejor estoy ganando, sobre todo por la diferencia que hay con la moneda”, señaló.

¿Jugaría para la Selección de San Marino?

A la par del sueño de jugar competiciones europeas a nivel de clubes, para Gastón Robba está el de poder enfrentar a algunas de las figuras más importantes de la escena mundial, posibilidad que no le quedaría tan lejana como parece hoy día si le ofrecieran nacionalizarse sanmarinense. “Ni lo dudo. Cómo no voy a aceptar. Vos decís, pierden siempre. Pero estos chicos juegan contra Inglaterra, contra Harry Kane; contra Dinamarca, contra Eriksen. Jugar Eliminatorias europeas sería una experiencia única. A quién no le gustaría”, confesó.

Ausencia de inferiores, traba al crecimiento

En el desarrollo que la Federación Sanmarinense busca dar a su liga y su selección, la ausencia de categorías formativas en los clubes representa una verdadera dificultad que, según contó el defensor argentino, están intentando resolver poco a poco.

“No hay inferiores. Por eso justamente este año se estrenó un club que se llama San Marino Academy, donde van todos los juveniles. Este año participaron del torneo con nosotros, para tener roce. Lo hicieron bastante bien. Pero hay un solo club que forma a los jugadores y los demás no tienen divisiones inferiores”, dijo.