Este domingo se disputó la gran final de la Liga Correntina entre Mandiyú y Ferroviario, para conocer al nuevo campeón de la Primera División “A”. Sin embargo, lo que prometía ser un electrizante partido en busca de la gloria se terminó transformando en un escándalo entre los jugadores luego de que una jugada en particular desatara la polémica.
Mandiyú llevaba la ventaja en el marcador con un ajustado 1 a 0 y faltaban tan solo 4 minutos para el pitazo final. Con un jugador de más en el campo de juego, Ferroviario empujó hasta el último suspiro para intentar empatar el compromiso y parecía que se daba la chance perfecta para extender la final. Valenzuela fue derribado en el área y todo el “Tren Verde” pidió penal, pero el juezVíctor Vallejos no sancionó nada.
La lluvia de reclamos por parte de ambos equipos, generada por la acción que podría haber significado la igualdad en el tanteador, se salió de control por completo y la batalla campal se convirtió en una realidad. Varios futbolistas protagonizaron duelos personales en distintos sectores del terreno de juego, generando un papelón descomunal que quedó filmado por los hinchas que asistieron a la cancha con la intención de ver al nuevo campeón de la Liga Correntina.
Como no podía ser de otra manera, Vallejos determinó la suspensión del encuentro luego de haber visto trompadas, patadas y todo tipo de acto violento en lo que debía ser un partido de fútbol. El principal argumento fue la “falta de garantías” ante la imparable guerra de jugadores dentro de verde césped. Un mamarracho.