En sus más de 120 años de historia, solamente 17 futbolistas nacidos en Paraguay pasaron por River, la mayoría de ellos en las últimas décadas. Fueron solamente tres los que lograron quedar en el corazón de los hinchas por los títulos obtenidos, por goles memorables y por haber dejado la vida por la camiseta.
Celso Ayala
El marcador central surgió de Olimpia y dio el salto a Primera en 1990, año en que el elenco paraguayo ganó la Copa Libertadores. Luego de cuatro años en el Decano pasó al fútbol argentino para jugar en Rosario Central y allí estuvo por una temporada hasta que en 1995 llegó a River. De la mano de Ramón Díaz tuvo un rol importante en la conquista de la Libertadores del 96.
1997 fue el año más recordado para el marcador central que en marzo anotó su gol más célebre: fue ante Boca para igualar 3 a 3 después de ir perdiendo por 3 a 0. Además, en ese año ganó el Tricampeonato y la Supercopa Sudamericana. En el 98 se fue del club, pero volvió en 2001 y permaneció hasta 2005. En total ganó seis títulos con el Manto Sagrado.
Ayala grita sul memorable gol ante Boca. (Foto: @MuseoRiver).
Pedro Sarabia
A mediados de 1997, Ramón Díaz pidió por Pedro Sarabia, un defensor todoterreno que se estaba desempeñando en Banfield, pero que anteriormente había hecho muy bien las cosas en Cerro Porteño. Así fue que el Millonario reforzó su defensa para 1997 con Pedro Sarabia y al llegar obtuvo dos títulos importantes: el Apertura y la Supercopa Sudamericana.
Sarabia permaneció en Núñez hasta 2002, en total fueron 128 partidos disputados en el Millonario en los que solamente acumuló un gol. Además, se fue de River con cinco títulos y el recuerdo de los hinchas.
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Nelson Cuevas
Pipino llegó a River en 1998 tras sus pasos por Atlético Tembetary y Sport Colombia. Llegó como un delantero rápido que tuvo que acomodarse dentro de un platel de estrellas. Quedará en el recuerdo la personalidad de su madre, quien le pedía explícitamente a Ramón Díaz que haga jugar a su hijo. Pero pensar que Pipino solamente era carisma sería faltarle el respeto, porque Cuevas fue un gran jugador que hizo cosas importantes en River.
Su gol a Racing por el Clausura 2002, cuando Demichelis se calzó los guantes por la expulsión de Comizzo, es uno de los momentos más recordados del paraguayo con el Manto Sagrado. Su tanto a Boca para liquidar el superclásico del Apertura 2004 -terminó 2 a 0- fue uno de los más gritados. Sin dudas que Pipino Cuevas dejó su sello en River y así se lo hacen saber los hinchas. Fueron cinco años los de Cuevas en el Millonario en los que ganó cinco títulos.
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