La designación de Javier Mascherano y su asunción como entrenador del seleccionado argentino sub 20 en enero de 2022 despertó polémicas desde el inicio. Desde su alejamiento de la Selección mayor, el ex jugador de River y del Barcelona, entre otros clubes, fue una especie de chivo expiatorio. Se lo culpó de peleas internas en el grupo y de los “fracasos” en las finales que perdió la Selección en años anteriores.
El Jefecito eligió el silencio y el trabajo. Una opción inteligente ante los haters de las redes sociales, un lote inagotable de personas que vierten su odio de manera desproporcionada y poco lógica.
A fines de 2021, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia lo contrató como nuevo entrenador del seleccionado sub 20. Mascherano es una persona reconocida en el mundo del fútbol por los “valores” que tiene, una persona que comprende que la derrota es parte del proceso y que el ganar no lo es todo.
Incluso, en una entrevista con un medio argentino le dieron a elegir tres personajes con los que comería un asado y él eligió al Papa Francisco, a Mahatma Gandhi y a la Madre Teresa de Calcuta.
Más allá de que esa respuesta generó una ola de memes y revuelo en las redes sociales, habla del espíritu de Mascherano. Que dicho sea de paso, es uno de los dos deportistas argentinos con dos medallas olímpicas doradas, para quienes lo tratan de perdedor.
En una entrevista el año pasado, con FIFA Plus, el hoy técnico del seleccionado sub 20 declaró: “El entrenador es una herramienta de ayuda hacia el jugador. El fútbol es, fue y será de los jugadores. El entrenador genera un contexto, pero el fútbol es de los jugadores”.
Mascherano en la Selección mayor (Getty)
Mascherano no pudo brindar la cantidad de herramientas suficientes al equipo durante el Sudamericano disputado a principios de año, en Colombia. Argentina fue eliminada en fase de grupos y no había logrado clasificarse al Mundial. “No hay mucho que decir, lo primero, lamentarlo por los chicos, por no haber podido ayudarlos, la verdad es que es una generación de futbolistas increiíbles y esta claro que el que ha fallado acá soy yo por no poder transmitirles la confianza y la tranqUilidad de poder jugar como ellos saben y me lo demostraron durante todo el proceso”, dijo tras la eliminación en el Sudamericano. Y sumó: “No hay excusas, el que fallé soy yo y me tengo que hacer cargo”.
Luego de eso, Mascherano renunció al cargo. Pero, finalmente, el Mundial se disputará en Argentina y el equipo del Jefecito se clasificó directamente por ser el nuevo local.
Tapia, con todo el viento de cola a su favor tras la colosal conquista del Mundial en Qatar, sumado a un llamado de Scaloni, lograron convencer a Masche para que continuara con el proceso.
Hasta ahora, Mascherano ganó un título, el del Torneo de la Alcudia y sacó el 63% de los puntos. Aunque no le fue bien en los Juegos Odesur y en el ya mencionado Sudamericano.
Mascherano observa a sus dirigidos del Sub 20 (Getty)
Probablemente, su paso por Europa como jugador lo marcó a fuego. Él sabe que los jugadores jóvenes necesitan formarse desde lo futbolístico, pero también desde lo personal. Por eso, hay un código de conducta que el Jefecito lleva a cabo con sus dirigidos.
Algunas de las tareas son: estudiar, aprender inglés, limpiar sus propios botines luego de cada entrenamiento y partido, recoger sus platos y cubiertos luego de comer, dejar limpio el vestuario y formarse para responder a los medios.
Varios de los jugadores han salido a bancarlo pese al fracaso en Colombia. Facundo Buonanotte, jugador surgido de Rosario Central y ahora en el Brighton de Inglaterra opinó al respecto: “Me pone muy contento que siga Javier (Mascherano). Hizo las cosas muy bien con mis compañeros y conmigo. La culpa no fue de él sino de todos. No se dio lo que esperábamos y tenemos muchas ganas de revertir esto”.
Además, el llamado de Scaloni luego de su renuncia no fue casualidad. Mascherano tiene la misma línea que el técnico campeón del mundo y Pablo Aimar, clave en la formación de juveniles argentinos. Que, dicho de paso, la camada que viene, más allá de lo sucedido en el Sudamericano ilusiona a más de un argentino. El Mundial sub 20 se disputará del 20 de mayo al 11 de junio y en el ingrato vox populi, el desempeño de Mascherano como técnico quedará atado a los resultados que obtenga.