Lionel Scaloni lo repitió a lo largo de toda la Copa América. Todavía no hay que retirar a Ángel Di María de la Selección Argentina. Hay que dejarlo jugar, hay que disfrutarlo. Hay que esperarlo, porque con él puede haber siempre un último aporte, decisivo, antes del adiós. Inalterable en su decisión de despedirse antes que el fútbol lo despida a él, Fideo dará este domingo su última función vestido de albiceleste. Lo hará disputando otra final, como las que le fueron esquivas tantos años y como las que lo compensaron en el último tiempo por esa insistencia. A pesar de todo. Tantas veces contra todos.

Desde el 6 de septiembre de 2008, cuando hizo su debut en el seleccionado mayor de la mano de Coco Basile, ya habiéndose colgado la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing gracias a un golazo que él mismo se inventó en la final ante Nigeria; hasta este domingo 14 de julio en que enfrentará a Colombia en el Hard Rock Stadium de Miami, habrán transcurrido 5.790 días. Poco más de 15 años y 10 meses. Resumirlos en once momentos que marcaron la historia del 11 con la Selección Argentina no resulta tarea sencilla. Pero merece el intento.

Debut con Basile, mimado de Maradona

Tras brillar en los Juegos Olímpicos de Beijing, marcando el gol que valió la medalla de oro, Ángel Di María tuvo ese mismo 2008 la oportunidad de debutar en la Selección Argentina, de la mano de Alfio Basile y recibiendo al seleccionado paraguayo que conducía Gerardo Martino en El Monumental, por las Eliminatorias de CONMEBOL rumbo al Mundial de 2010. Fue empate 1-1 y Fideo, que ya llevaba un año en Benfica, no volvió a tener participación hasta marzo de 2009, ya con Diego Maradona en el cargo de entrenador para darle mucho más rodaje y confianza, casi apadrinándolo como uno de sus futbolistas favoritos.

Con Messi y con Riquelme: debut de Ángel Di María en la Selección Argentina.

Con Messi y con Riquelme: debut de Ángel Di María en la Selección Argentina.

“El pibe pasa la línea de la pelota con una facilidad bárbara y te encara. De punta, como dicen los italianos, te hace destrozos. Tiene enganche para adentro, para afuera… y tiene un remate bárbaro y unos centros bárbaros. Y es guapo. Es flaco, lo marcan estos marcadores de punta portugueses y él los encara, le pegan y los vuelve a encarar”, había declarado Diego, encantado con las cualidades de Angelito.

Expulsión en La Paz: primera frustración personal

Un partido que marcó el ciclo de Maradona como entrenador, generando desconfianza tanto en los hinchas como en la prensa, fue la visita a Bolivia en abril de 2009. Diego había sido ferviente defensor del derecho de los bolivianos de jugar en la altura y encaró el partido como si fuese uno más, sin los recaudos que habitualmente toman quienes saben que irán a jugar en condiciones atípicas.

Di María, que con el tiempo demostraría ser un especialista en ese terreno, fue al banco de suplentes e ingresó a los 12 minutos del complemento, con el equipo perdiendo por 4-1, y seis minutos más tarde se fue expulsado, siendo hasta ahora la única tarjeta roja que vio con la Selección.

Fue por una plancha que le valió cuatro fechas de suspensión y la duración del castigo fue precisamente lo que más golpeó al jugador, por saber que no podría ayudar al equipo en momentos de apremio. Otra vez, recibió como respuesta la confianza de Maradona: “Tranquilo, vas a volver. Con vos a muerte”, le manifestó el DT.

El Mundial de 2010 y un rol incómodo

Maradona fue consecuente con sus elogios y utilizó a Ángel Di María en los cinco partidos que disputó la Selección Argentina en el Mundial de Sudáfrica, en cuatro de ellos como titular. Sin embargo, lo utilizó en una posición extraña para él, como interno, que el propio jugador reconocería tiempo después conspiró contra la posibilidad de mostrar su mejor versión en la primera Copa del Mundo de su carrera a nivel de mayores.

Di María no quedó conforme con lo hecho en su primer Mundial.

Di María no quedó conforme con lo hecho en su primer Mundial.

“Me tuve que acostumbrar a un puesto donde nunca juego. Tuve que aprender a defender y creo que no lo pude hacer bien. No me sentí cómodo. No rendí para nada bien. Estoy disconforme con mi juego en el Mundial”, había señalado antes de incorporarse al Real Madrid para dar otro gran salto en su carrera.

Copa América 2011 y el dolor del rechazo en suelo propio

La posibilidad de fortalecerse jugando como local se volvió todo lo contrario para la Selección Argentina en la Copa América de 2011, que ya contaba con Sergio Batista como entrenador, impulsado por el éxito en los Juegos Olímpicos, para reemplazar a Maradona.

El funcionamiento que no apareció y la impaciencia de un público que empezaba a cansarse de acumular decepciones provocó un cóctel que hizo que muchos futbolistas comenzaran a sufrir ser parte del equipo. Como contrapunto, llegó el primer gol de Angelito en una competencia oficial con el equipo mayor, para la victoria 3-0 ante Coste Rica que fue la única en aquel certamen. A la angustiosa clasificación le siguió la eliminación por penales ante Uruguay en cuartos de final, que provocó que la vuelta a Europa se volviera un alivio para el muy criticado grupo de futbolistas.

El Mundial de 2014 y una lesión inoportuna

Alejandro Sabella logró dar al equipo una identidad que comenzó a aplacar las críticas y la Selección Argentina llegó fortalecida al Mundial de Brasil. Sin brillar en fase de grupos, el equipo comenzó a crecer con el correr de los partidos, al igual que Di María, que sin lucirse ante Bosnia e Irán, levantó considerablemente su nivel ante Nigeria y fue autor del gol agónico ante Suiza, en tiempo extra, que permitió al equipo clasificar a cuartos de final.

Pero Angelito solo podría disputar 32 minutos ante Bélgica, producto de un desgarro del que no lograría recuperarse. Descartado de las semifinales ante Países Bajos, lo intentó por todos los medios para ser parte de la final ante Alemania. Sabella lo llevó al banco de suplentes, pero ambos sabían que no estaba en condiciones de jugar. El gol de Mario Götze en el segundo tiempo extra fue un puñal, una herida que costó casi una década poder cerrar.

Dos finales de Copa América que no pudo terminar

El fantasma de las lesiones y las críticas que aquello le valió como si hubiese querido desligarse de otras dos finales con la Selección Argentina martillaron durante tiempo en la cabeza de Angelito. Años después, en tiempos mucho más dulce, su propia esposa y defensora incondicional, Jorgelina Cardoso, revelaría que por aquellos tiempos hasta elaboró una lista negra para no olvidarse de todos aquellos periodistas que lo habían castigado en exceso.

Di María tuvo que ser reemplazado en el primer tiempo en la final de 2015.

Di María tuvo que ser reemplazado en el primer tiempo en la final de 2015.

Con Tata Martino como DT, apenas pudo disputar 25 minutos de la final de 2015 ante Chile, que terminó con derrota en los penales. En la del Centenario disputada en Estados Unidos, un año después, entre algodones tras su recuperación en tiempo récord de otra lesión durante la primera fase, salió a los 12 del complemento y sufrió el mismo maldito desenlace.

El caótico Mundial de Rusia

Con la salida de Martino y una intervención en la Asociación del Fútbol Argentino, los siguientes fueron años caóticos en la Selección. Hubo primero un interinato de Edgardo Bauza y tras la asunción de Chiqui Tapia como presidente fue designado Jorge Sampaoli, quien dirigiría al equipo en el Mundial de Rusia en 2018.

No tuvo buenos partidos en fase de grupos, ni siquiera jugó en la catastrófica derrota ante Croacia, e hizo su mejor aporte en octavos de final ante Francia, cuando el DT ya había perdido la voz de mando, en el que incluso marcó el golazo que decretó el 1-1 parcial que ilusionó. Pero Argentina no logró superar aquella instancia, cayó 4-3 y casi nadie le escapó a la crítica. Una vez más, hubo pedidos por que se fueran todos, por que se iniciara un recambio generacional que lo ponía en la vereda de los que debían cerrar el ciclo.

Scaloni y un aviso de intenciones

Di María no quiso que ese fuera el fin. Se lo hizo saber en reiteradas ocasiones a Lionel Scaloni, que apenas asumió parecía decidido a no contar con él. Recién volvió para la Copa América de Brasil, en 2019, pero no rindió bien en el estreno con derrota 2-0 ante Colombia e inició todos los partidos restantes en el banco de suplentes. Supo que al DT no le temblaría el pulso y que en adelante debería mostrar su mejor versión para seguir siendo parte.

“Si me rompo el ojete en el club es para intentar tener la chance en la Selección y poder competir. Es difícil de entender que estando en un buen momento no soy convocado, y tampoco me la han dado la explicación”, se quejó Fideo tras no ser llamado a disputar los dos primeros encuentros de las Eliminatorias rumbo al Mundial de 2022, contra Ecuador y Bolivia. Scaloni recogió el guante, organizó una reunión virtual con él y las diferencias quedaron saldadas para dar paso a momentos mucho más felices.

El gol del título que rompió la pared

Solo fueron dos los partidos que Ángel Di María disputó como titular en una Copa América de 2021 que a causa de la pandemia había mudado su sede desde Argentina para volver a disputarse en Brasil. Uno de ellos, la final que empezó a cambiar la historia.

A los 22 minutos del primer tiempo, tras recibir una gran asistencia de Rodrigo De Paul, aprovechó el fallo de Renan Lodi en el cierre y recurrió a un control y un toque sutil para colocar la pelota por encima de Ederson, que marcó el gol del título en el Maracaná. “Algún día se iba a romper la pared. Se rompió la pared”, le dijo llorando de emoción a su familia, a través de un celular y con la medalla de campeón colgada que ponía fin a una sequía que se había iniciado mucho antes que su historia con la Selección.

Muerta ya la maldición, Angelito también aportó un golazo en la victoria 3-0 sobre Italia en La Finalissima disputada el primero de julio de 2022 en el Estadio de Wembley, que le daba a Argentina no solo un nuevo título sino además la chapa de gran candidato a pelear en el Mundial de Qatar.

Un gol de ensueño y la tercera estrella

Porque siempre supo sufrir, Ángel Di María no solo tuvo que recuperarse en el Mundial de Qatar de la dura e inesperada derrota en el debut ante Arabia Saudita, sino también de una nueva lesión que lo marginó casi durante toda la instancia de eliminación directa. Hasta la final, apenas había ingresado en el alargue de los cuartos de final ante Países Bajos, donde le alcanzó para demostrar que podía desequilibrar.

Scaloni no lo utilizó en las semifinales ante Croacia, pero para sorpresa de muchos lo alineó como titular y recostado sobre la izquierda del ataque. Desde allí marcó el golazo que valió el 2-0 parcial para Argentina, poniéndole el broche de oro a una gran jugad colectiva.

Ángel Di María cumplió el sueño de conquistar la tercera Copa del Mundo para Argentina.

Ángel Di María cumplió el sueño de conquistar la tercera Copa del Mundo para Argentina.

“Me dijo que por ese sector iba a divertirme. Que había un defensor en esa zona que era más central que lateral y que podíamos hacer una gran diferencia por ahí. Y la verdad que le salió perfecto. Todo lo que había planeado y dijo en la charla previa se terminó dando en el partido. A medida que los chicos iban tocando me fui dando cuenta de que me podía llegar. Y bueno, yo solamente corrí al espacio y la terminé empujando, se encargaría de explicar tiempo después de una coronación a la que no le faltó sufrimiento, en la que hubo que volver a pasar por los penales antes de celebrar, por fin, el tercer título mundial en la historia de la Selección Argentina.

La despedida

Este domingo 14 de julio, en el Hard Rock Stadium de Miami, Ángel Di María disputará su último partido con la Selección Argentina. La despedida será nada menos que disputando otra final, ante Colombia, buscando defender el título conquistado en 2021.

“No estoy preparado para mi último partido, pero ya es el momento. Siempre di mi vida por esta camiseta. Hubo momentos en los que no pude, pero últimamente sí. Agradezco a todos lo que me apoyaron”, había dicho tras la victoria en semifinales ante Canadá. “No encuentro palabras para decir todo lo que me está pasando en este momento, pero lo que quiero destacar es el agradecimiento que siento hacia este grupo de jugadores. Todos y cada uno de ellos hizo que yo haya llegado donde llegué, sin cada uno de ellos nunca hubiera podido ganar todo lo que gané, me llevo muchos trofeos más que importantes pero las personas, compañeros, amigos que me llevo es lo que no se compra con nada”, escribió poco después desde su cuenta de Instagram. Todavía queda una función. “Un paso más”, dijo Fideo.