Curicó Unido ganó a Ñublense en el Ester Roa de Concepción por 2-1 en el estreno de la novena fecha del fútbol chileno. El equipo de Damián Muñoz se quedó con uno de los clásicos que arrastran ambos equipos desde Tercera División. El Torneo Nacional es tan folklórico que, como siempre, pasan cuestiones que son dignas de destacar y que también, de seguro, va a trascender a otros confines del mundo.

El elenco Albirrojo ya ganaba por 2-1 con los tantos de Omar Merlo y de Jason Flores, mientras que el descuento para los Diablos Rojos fue convertido de lanzamiento panel por Patricio Rubio en la primera fracción.

En el minuto 75′, una intrascendente jugada le dio todo el color final a un partido que fue reñido en el campo de juego y también en los tablones del mítico Estadio Collao. El volante Jorge Henríquez de Ñublense va a disputar en la zona sur del recinto deportivo, frente a la Tribuna Tegualda, un balón y el jugador de Chillán repasa a Agustín Nadruz de la visita.

El charrúa acusó dolor y magnificó, claramente, un manotazo por parte del hombre de Ñublense. La trannsmisión de TNT Sports no captó el momento, pero desde la Barra de “Los Rediablos” que sigue al cuadro chillanejo empezaron a caer rollos de papel y un inédito proyectil: un par de sopaipillas.

Bechtholdt fue el jugador que tomó la sopaipilla que lanzaron a la cancha (TNT Sports)

Tras la jugada de Henríquez y Nadruz, el capitán de Curicó, Franco Bechtholdt, fue el que tomó la sopaipilla que son XL y que son vendidas nuevamente en el Estadio Ester Roa Rebolledo. Son similares, según los hinchas del fútbol, a un mini platillo volador. El Cachi se enfrascó por esta situación con Patricio Rubio y se dijeron de todo.

Luego, Lucas Abascia encaró a Bechtholdt por llevar este elemento comestible al árbitro Cristián Garay, quien advirtió la situación y solo abrió sus ojos por el sorpresivo elemento. Luego de dimes y diretes, Henríquez y Nadruz vieron la cartulina amarilla.

En la transmisión, el comentarista Cristián Basaure advirtió, de inmediato, que cayó la sopaipilla y que él bien sabe de sus partidos en los que jugó en la misma cancha con los colores de Fernández Vial y en el que estuvo en la Noche Lila con Deportes Concepción. “Me parece que cayó una sopaipilla”, esbozo.

En la zona es habitual que el lanzamiento de proyectiles sean de comida y, principalmente, de sopaipillas. El año pasado, en varios duelos del Vial lanzaron estos elementos, mientras que hace una década atrás, en un duelo de Lota Schwager en la Primera B, tiraron un paragua en una jornada lluviosa lleno de sopaipillas. Ese elemento fue de la tribuna oficial y no alcanzó a llegar a la cancha, sí a la zona de las bancas.