Martín Vargas es sin dudas uno de los boxeadores y deportistas más grandes de la historia de Chile. En una época difícil para el país como lo fue la dictadura de Augusto Pinochet, el pugilista fue un ícono de unión para todo un pueblo que se amanecía frente a la TV para ver las peleas del osornino.

Tras varias décadas desde su retiro, Martín sigue insistiendo en lo que fue para él y para muchos, un robo. Así cataloga su combate por el título mundial peso mosca WBA ante el nipón Yoko Gushiken, contra quien se midió el 1 de junio de 1980, hace ya 45 años.

En conversación con Paulo Flores en su programa “El Almanaque de Florete”, el expeso mosca recordó que: “Peleé más en el Caupolicán que en el Estadio Chile. Ahí fueron pocas las veces que me presenté, pero la gente se volvía loca. Fui un privilegiado que le dio mucho prestigio a nivel mundial a nuestro país”.

La vieja polémica que revivió Martín Vargas

Fue allí cuando recordó lo que fue su último intento por ser campeón del mundo: “Me acuerdo lo que hice en el año 80, cuando pelée con Yoko Gushiken, te lo juro por mi madre en el cielo y por Dios, ese weón malo a mi no me ganaba”.

Martín Vargas sigue recordando la vez en que asegura haber sido drogado en su pelea por el título mundial (Foto: Pablo Rojas Madariaga/Aton Chile)

Más grave fue su acusación cuando recordó: “A mí me drogaron, incluso yo fui a Sao Paulo para entrevistarme con el mismo muchacho que había peleado con Gushiken, la intérprete me decía que a él también lo habían drogado”.

“Como deportista uno nunca se imagina que lo pueden camuflar o darle algo. No me acuerdo por Dios que está presente, no recuerdo que haya peleado. Reacciono en la tina con agua con sal y con un agua de color rojo”, cerró.