El ciclo que comandó Miguel Herrera al frente de América fue, en términos generales, muy positivo. Sin embargo, diversas cuestiones (especialmente en torno al modelo de juego), incomodaban a la afición, que en los últimos meses antes de su salida estaba molesta.

Uno de los motivos que más enfadaba al público era la gran cantidad de lesionados que había en cada fin de semana. El principal apuntado por las dificultades que tenía el estratega para conformar el equipo era Giber Becerra.

Luego de mucho tiempo sin aparecer en los medios, el expreparador físico de Las Águilas dio su versión de los hechos: "A lo mejor voy a sonar un poquito arrogante, pero que la gente cuente los preparadores físicos que tienen cinco finales de liga en siete años con el Club América. No estoy haciendo esto desde hace seis meses, no soy un desconocido".

A su vez, también responsabilizó a los jugadores por lo que hacían cuando no estaban entrenando:"Yo no controlo cuando un jugador se va a su casa, si se cuida o no. Yo no puedo agarrar del cuello a un jugador para que se ponga a hacer lo que tiene qué hacer. Es su trabajo".

Además, Becerra aclaró cómo vivía cada reproche: "Ha sonado mucho porque me ha tocado en un equipo que tiene muchos reflectores. Mucha gente no entiende lo que pasa detrás de cámaras, siendo las redes sociales un arma de doble filo, porque todo el mundo opina. En el alto rendimiento siempre va existir el tema de lesiones".